El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, alertó ayer de un posible fracaso de la reforma constitucional. Según dijo, esta posibilidad no debería "asustar a nadie", aunque también opinó que sería "una oportunidad perdida".

En declaraciones a Europa Press, Sevilla dejó claro que la voluntad del Gobierno es sacar adelante la reforma, si no en ésta, en la próxima legislatura. "El PSOE seguirá insistiendo en que quiere que la España constitucional autonómica funcione mejor y volveremos a presentarnos con un programa parecido, porque responde a una realidad objetiva y no podemos mirar a otro lado y hacer como que no existe", dijo.

Rechazó la propuesta del presidente catalán, Pasqual Maragall, de que la Constitución detalle qué comunidades son nacionalidades o regiones. Señaló que nacionalidad significa "nación sin Estado" y le da igual cómo se defina cada comunidad en su Estatuto. Sí subrayó que la Constitución dice que "ninguna diferencia puede dar lugar a privilegios".

Según Sevilla, la fórmula actual, que diferencia entre nacionalidades y regiones sin especificar, es difícilmente mejorable. "El resultado final será fruto de un amplio consenso, y si no, pues no será", dijo. Sobre la aprobación de los estatutos, rechazó que el PP tenga capacidad de veto en las Cortes.