El habitáculo blindado de procesados vivió momentos de tensión. Por la mañana, el juez Bermúdez envió a Rafá Zuhier al calabozo por golpear a Hamid Ahmidan, que lo había llamado "chivato". Zuhier atribuyó su reacción al "cansancio y estrés acumulados tras tantos días de sesiones". Por la tarde, el presidente ordenó sacar de la pecera a José Emilio Suárez Trashorras, que padece de esquizofrenia, para evitar "incidencias", ya que estaba alterado.