El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha tomado hoy declaración a cuatro imputados en la operación llevada a cabo la semana pasada en España e Italia contra la Camorra napolitana, y todos ellos han quedado en libertad bajo cargos de colaborar con la red mafiosa en el blanqueo de dinero.

Según han informado fuentes jurídicas, los imputados que han declarado hoy son dos personas que acompañaron al líder del clan, Giuseppe Polverino, y a su supuesto lugarteniente, Raffaelle Vallefuoco, en Jerez de la Frontera (Cádiz) el año pasado, donde estos dos últimos fueron detenidos.

También ha declarado un hombre que hacía trabajos y obras en las inversiones inmobiliarias de la trama mafiosa en San Carlos de La Rápita (Tarragona), y colaboraba en el blanqueo de dinero de la red.

Finalmente, el juez ha interrogado a la mujer de otro imputado, Francisco Corral Triguero -para quien Velasco dictó prisión bajo fianza de 12.000 euros-, también por colaborar en el blanqueo.

Todos ellos han quedado en libertad imputados por los delitos de pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales, y el juez tiene previsto tomar declaración a tres imputados más.

De los imputados detenidos que el juez mandó a prisión bajo fianza la semana pasada, solo la ha pagado Carlos Ariza, director de una sucursal del Banco Sabadell en Marbella, al que se le impusieron 6.000 euros.

Ariza esta acusado de blanqueo y revelación de secretos por haber alertado a la organización de que el juzgado estaba investigando y había pedido el bloqueo de bienes.

La operación policial, desarrollada de forma simultánea por la Guardia Civil y los Carabinieri, supuso el arresto de un centenar de personas, treinta de ellas en España y el resto en Italia, y la desmantelación de la infraestructura de uno de los clanes de la Camorra napolitana más importantes que operaban en nuestro país.

Entre los detenidos que ingresaron en prisión sin fianza se encuentran los jefes de esta mafia en España, Massimiliano D'Aria y Domenico Panella, arrestados en la provincia de Málaga y a quienes las fuerzas de seguridad les consideran los cabecillas del clan junto a Salvatore Allegro.

El clan introducía anualmente en Italia desde España entre 50 y 60 toneladas de hachís, lo que le suponía unas ganancias de entre 50 y 60 millones de euros.