El secretario nacional de Comunicación del Partido Popular, el extremeño Carlos Floriano, ha prometido antes del inicio de la campaña electoral que el PP tendría, hasta el próximo 22-M, dos sedes: la física de Génova y la ´digital´ en la red. Es solo un ejemplo. Asistimos estos días a una lucha política sin cuartel en la aldea global de internet, un arma de doble filo: si se hace bien el rédito es indiscutible y si no se utiliza adecuadamente se puede volver en contra.

Ya hace años que una de las eminencias mundiales en la materia, el catedrático de Periodismo de la Complutense José Luis Dader, se anticipó a los tiempos acuñando el término ´ciberdemocracia´ para dibujar lo que nos esperaba en la nueva era. La estrategia de los partidos dominantes se centra ahora en comunicar los contenidos de sus programas en la red, enfatizando más que en el boca a boca escenificado en los mítines. En Cáceres, Carmen Heras y Elena Nevado vuelcan sus promesas en facebook y twitter, lo mismo que Guillermo Fernández Vara y José Antonio Monago de cara a las autonómicas. ¿Darán votos? ¿Quitarán? Tengo dudas, en cualquier caso, ya que hay teóricos muy fiables que aseguran que el sentido del voto no está mediatizado por las campañas. Sea como fuere, el papel de ese monstruo llamado internet es un elemento a considerar. Y más en Extremadura, donde las encuestas auguran un histórico equilibrio entre PSOE y PP. Quien gane la batalla de internet, puede ganar el poder. No está nada mal el premio para el vencedor, por lo que no es extraño el afán con el que se lo toman.