El gobierno de la Comunidad de Madrid, que preside Esperanza Aguirre, exigió ayer al Gobierno que desaloje la acampada de la Puerta del Sol --epicentro del llamado Movimiento del 15-M-- porque "se ha quebrado el Estado de Derecho y se ha conculcado la libre circulación de las personas". La petición --que "será estudiada" por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba-- y la fallida operación policial de Barcelona elevó el número de "indignados" en la Puerta del Sol, que abarrotaron de nuevo la plaza y corearon numerosas veces el grito de "Barcelona, no estás sola" y "estas son nuestras armas", en referencia a manos pintadas de blanco y a las flores, en especial claveles y girasoles, como símbolo de pacifismo.

La carga de los Mossos causó un alud de muestras de apoyo en los que durante los últimos quince días han sido los espacios insignia del movimiento: plazas públicas y redes sociales. En Madrid se hizo público un manifiesto denunciando la actuación policial "frente a la resistencia pacífica de las personas acampadas" en Barcelona, en el que también se convocó una "manifestación masiva" a la que se sumaron el resto de acampadas.

La convocatoria se difundió rápidamente a través de las redes sociales. A las seis de la tarde, los tres temas más citados en Twitter eran bcnsinmiedo, mossos y confloresalas7 Durante todo el día repicaron la intención de mantener esta actitud a lo largo del fin de semana. Mañana por la tarde, los acampados decidirán en asamblea si continúan con el campamento o si optan por otro tipo de movilización para mantener vivo el mensaje. La concentración transcurrió con un carácter festivo colorido y con un despliegue policial discreto en las inmediaciones de la plaza similar al de los días anteriores. Aunque la mayoría de los concentrados eran jóvenes, se sumaron familias completas y personas mayores.

SIN MIEDO Ana, una de las portavoces del movimiento, explicó que hoy se seguirá con las labores de limpieza y que hace días se aprobó en asamblea que el campamento despertase a las 6.30 horas para colaborar con los servicios de limpieza municipales. Ayer se animaba por megafonía a quien tuviera contactos en Barcelona a que les instara a prestar su apoyo. "No tenemos miedo de que también intenten desalojar en Madrid", decía Ana, "pero somos conscientes de que puede ocurrir".