Si Pasqual Maragall se juega su futuro en el referendo del Estatuto catalán no quiso desvelarlo ayer, pero dejó claro que está dispuesto a batirse hasta el final. Tras echar a los consejeros de ERC, el president ha emprendido una campaña feroz en la que el mensaje clave es poner en el mismo saco el no del PP y el de los republicanos por muy distintas que sean sus razones. En una conferencia en Madrid invitado por el Foro Europa Press, asimiló a ambos en "fundamentalismo" e insensatez.

En esa estrategia le acompaña el PSC, que trabaja en la misma dirección, que es también la que conviene a José Luis Rodríguez Zapatero: la de lograr un al Estatuto.

Tras dejar sentado que no le merece mejor opinión la actitud de ERC que la del PP sobre el referendo, pasó a calificar de "insensatos" a ambos. Maragall definió la campaña del 18-J como una "lucha a cara de perro entre dos fundamentalismos extremos y una sensatez ambiciosa". O sea, fundamentalistas los populares y republicanos frente a las aspiraciones defendidas con moderación de los que propugnan el . Maragall elogió el papel responsable de CiU en el proceso estatutario y se mostró partidario de que los nacionalistas entren en el Ejecutivo central.