Pasqual Maragall anunció ayer en un suavemente envenenado discurso de despedida que no volverá a ser candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat. Será José Montilla. Explícitamente no le mencionó. "He cumplido mis objetivos", dijo. "Es hora de dar paso a nuevos equipos, a nuevas personas, a nuevos liderazgos", añadió. Se resolvió ayer, pues, el gran sudoku de la política catalana, con una solución además que, desde el punto de vista de sus adversarios, mueve las fronteras internas de la política catalana y añade un aliciente de incertidumbre a las próximas elecciones autonómicas, que se celebrarán a finales de octubre.

REPASO A SU OBRA El president convocó a los medios de comunicación a la una de la tarde. Tras 20 minutos de retraso, menos risueño que de costumbre pero entero y solemne, leyó su declaración institucional. Ni una sola frase fue gratuita. Maragall recordó aquel verano de 1998 en el que, a petición del PSC, dejó Roma para ser candidato. Como si de un contrato de obra se tratara, explicó que de común acuerdo con el partido se fijó, entre otras metas, llegar a la Generalitat e impulsar la creación de un nuevo Estatuto de autonomía.

Misión cumplida, vino a decir.

No obvió que su paso por la Generalitat ha sido a veces tormentoso. Pero también recordó que "hoy Cataluña tiene mejores políticas sociales". Escuelas, inversión en los barrios y sanidad son su legado, señaló.

La disección del discurso, en resumen, da pie a todo tipo de análisis. No hay un elogio abierto a su sucesor como candidato ni tampoco un aplauso a la imprescindible colaboración de José Luis Rodríguez Zapatero en la aprobación del Estatuto.

CORAZON, CABEZA E HIGADO Maragall aseguró que la decisión de retirarse no era de última hora, sino que era "madurada desde hacía tiempo". Según fuentes de su círculo más cercano, el president comprendió lo inevitable de su marcha cuando echó a Esquerra del Ejecutivo, aunque decidió esperar a celebrar el referendo para anunciar su adiós.

Su supuesto sucesor, José Montilla, también quiso ayer realizar una declaración. En ella, el ministro de Industria auguró a Maragall un lugar "destacado" en la historia del PSC y de Cataluña. Sin embargo, tampoco quiso hablar, aún, de su condición de próximo candidato a la Generalitat. Tiempo habrá, se disculpó ante la pregunta de un periodista, para hablar de ello "en los próximos días y semanas".