Nacimiento: Arenas de San Pedro (Ávila), en 1948.Licenciatura: Derecho.Trayectoria: Ingresó en la carrera fiscal en 1974. Al frente de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid creó una unidad de delitos urbanísticos. Además, ha sido fiscal del Tribunal Supremo.

Llegó al ministerio hace tres meses provocando un terremoto en las filas propias y, sobre todo, en las del PP. Fue nombrado para plantar cara a la derecha judicial, y en sus primeras intervenciones no ha defraudado. Pese a ello, ha logrado desbloquear la reforma del Consejo General del Poder Judicial. En el momento de la entrevista está enfrascado en parar los pies a Batasuna ante las próximas elecciones.

--¿Es útil la ley de partidos habida cuenta de que lo que se logra es excluir a los dirigentes de Batasuna pero no el espacio político representado por otras siglas y con candidatos no contaminados?

--No puedo aceptar la mayor. Estamos acostumbrados a convivir con las maniobras de Batasuna. Pero existe un entorno de la izquierda aberzale que no está en la órbita de Batasuna. El juego legal pasa por el análisis de los datos que nos dan los servicios de información para llegar a un diagnóstico jurídico con la ley en la mano. Hay quien intenta cobijarse bajo el paraguas de la ley para entrar en las instituciones fraudulentamente. Podemos cortar ese fraude y tengo motivos para ser optimista.

--No cree que, al final, tendremos concejales de Batasuna pero menos conocidos que Otegi.

--El problema no está solo en el grado de conexión con Batasuna de quienes aparecen en las listas. El Constitucional establece un planteamiento de respeto absoluto al derecho de sufragio activo y pasivo, porque está en juego que las personas no privadas de ese derecho puedan ejercerlo y que un sector de la población pueda votar a quien le parezca. Por ello, el Tribunal Supremo y el Constitucional establecen requisitos muy exigentes para ilegalizar o impugnar agrupaciones electorales. Ahora bien, esta gente Batasuna tiene mucho tiempo para pensar por dónde se va a colar. Nuestra misión es utilizar las herramientas del Estado de derecho para impedirlo.

--¿Percibe que hay un sector de Batasuna que quiere desmarcarse de ETA?

--No me cabe duda de que existe movimiento en la izquierda aberzale. Es un entorno muy vivo y complejo, en el que no podemos pecar de simplismo. Hay quien cree que la izquierda aberzale es igual a Batasuna, e igual a ETA. Creo que perder los matices en el análisis de la situación es muy grave. En este momento hay un amplio sector del mundo aberzale que quiere incorporarse a las instituciones. Y existe esa pugna soterrada entre sus propios dirigentes, entre sus bases. Hay mucha gente convencida de que la violencia no es el camino, pero no es fácil salir de tantos años de violencia.

--¿En ETA también se aprecia ese movimiento?

--Traslade esta misma reflexión al mundo de ETA y estoy seguro de que vale. ETA no es un mundo absolutamente homogéneo y compacto. Y creo que ahora lo es menos que nunca. Hay gente que cree firmemente que el momento de la violencia se ha terminado, otros que opinan exactamente lo contrario, y otros con matices entre los dos extremos.

--¿Si se demuestra que un presunto miembro del comando Donosti trabajó para EHAK se podría ilegalizar este partido?

--Si algo enseña la jurisprudencia del Constitucional y también la del Supremo es que una sola prueba de algo es muy poca cosa. Es un simplismo inaceptable. A nosotros se nos exige mucho más que eso.

--¿Qué le parece la decisión de la jueza de Melilla de archivar el caso del voto por correo?

--Insisto en no comentar resoluciones judiciales más allá de decir que esta no es firme. Pero permítame que le añada que hay que felicitarse de que la respuesta haya sido tan rápida. Fíjese, tan pronto se ha resuelto el caso que Angel Acebes exhibió el auto judicial sin que hubiera sido notificado al fiscal. Solo deseo ahora que la Audiencia de Málaga sea tan rápida con los recursos.

--Cuando fue nombrado recibió un aluvión de críticas y se le acusó de haber sido elegido para meter en cintura a la derecha judicial. ¿Cómo lo vive ahora desde el cargo?

--La derecha no me ama, eso es evidente. He dicho tantas veces que soy de izquierdas que no creo que haga falta que lo repita. Lo que ocurre es que el PP lo ve todo tan desde el extremo que hasta el más centrado les puede parecer un peligroso izquierdista. Es muy difícil que te ame esta derecha cuando sus dirigentes están en un estado de frustración tan brutal. Lo que no tienen es ningún derecho a transmitir esa frustración a instituciones que deberían haber respetado, como, por ejemplo, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, a la que han colonizado al servicio de intereses partidistas. Han generado un grado de crispación que van a pagar en las urnas.

--A pesar del mal inicio, se ha desbloqueado el diálogo con el PP sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial.–Estamos hablando de un esquemadiferente, que dejeatrás la polarización que hapresidido el Consejo, ese repartode cromos entre los dosgrandes partidos. Si el Consejotiene salvación ha de ser por lavía de que en él estén representadastodas las sensibilidadesdel mundo judicial y delParlamento.

–¿Han pensado en una fórmulaconcreta?–No hemos hablado de cifrasni de siglas. De momentohabía que ver si el planteamientoglobal era compartido,porque eso significa que PSOEy PP tienen que renunciar avarias cosas. Primero, a nombrarsolo a gente próxima. Hayotras asociaciones, pero sobretodo hay gente no asociada.Quiero que esas sensibilidadesestén ahí. Y hay vida más alládel PP y del PSOE en el Parlamento.Hay un enormecolchón entre los dos grandespartidos, que en el CGPJ tieneque ser lo bastante grueso paraque cuando vayan a chocarno puedan alcanzarse.

–Para luchar contra la corrupción¿hace falta modificarlas leyes actuales, o bastacon aplicar las que ya hay?

–Creo que debemos mejorarnuestras leyes. Pero creo todavíamás en que las leyes quetenemos se apliquen. Hemosavanzado muchísimo en eseterreno. Pero todavía tenemosque afilar nuestras herramientas.La gran delincuencia tieneuna característica y es su enormecapacidad de defensa. ElEstado se tiene que defender abase de crear estructuras válidaspara dar respuestas. Ya loestamos haciendo, pero tenemosque mejorar. El problemaes la actitud de la derecha, quelo está tapando continuamente.No nos engañemos. Yo nodejé de ser fiscal jefe de Madridpor casualidad.

–¿Qué va a pasar con la reformadel Código Penal? Las víctimasde accidentes de tráficotemen que no se apruebeesta legislatura.

–Una vez que el Gobierno presentaun proyecto de ley, seabre una dinámica que tienevida propia y compleja, y másal final de una legislatura. Enel caso del Código Penal, al seruna ley orgánica necesitamosapoyos que no son fáciles delograr. Pero hay temas muyimportantes, como el tráfico,que si hay consenso puedensalir adelante. Desde luego, elministro estaría encantado.

–¿Abona, pues, la idea de lasvíctimas de la tramitación exprésde los delitos de tráfico?

–No pondría la más mínimaobjección si hay suficiente basede acuerdo para que estoocurra.