La policía nacional salió ayer a la calle en Madrid para exigir la equiparación salarial con el resto de las fuerzas de seguridad. La marcha se desarrolló en un tono festivo y recorrió la principal arteria de la capital, el Paseo de la Castellana. Cerca de 25.000 agentes, según los organizadores, exigieron la dimisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por incumplir sus promesas de aumentar los salarios de "los escudos de la democracia y de la libertad", apuntó la diputada de UPyD Rosa Díez, que leyó el manifiesto firmado por los sindicatos convocantes (SUP, CEP, UFP y SPP).

Los manifestantes reclamaron "dignidad económica y profesional". La marcha se inició con una sonora pitada y concluyó frente al Ministerio del Interior, donde, tras una traca de petardos, Díez leyó el texto.

"LA CONCIENCIA" La diputada fue recibida al grito de "presidenta, presidenta" y fue presentada por Angel Gago, portavoz de la unidad de acción sindical, como "la conciencia" de la policía en el Congreso. "Saca de quicio a Rubalcaba cada vez que le pregunta en el Congreso por nuestras reivindicaciones", dijo.

El manifiesto defendía a un colectivo integrado por 61.000 personas "que asume una de las labores más vitales de la democracia: la protección de los derechos y las libertades públicas". Y recriminaba el hecho de que el presupuesto destinado por el Gobierno a subvencionar el cine en el 2009 "representa el salario anual de 3.500 agentes". Asimismo, los sindicatos convocantes acusaron al director de la policía y de la guardia civil, Francisco Javier Velázquez, de ser "el político más gris y pusilánime" de todos los que han llegado a asumir esta responsabilidad.

Interior reiteró ayer su voluntad de diálogo, pero explicó que "la actual situación económica y la imprescindible austeridad presupuestaria" hacen "muy difícil" asumir las reivindicaciones de los agentes.