Los dos primeros mossos d'esquadra que acudieron a la casa de los Tous han contradicho hoy al yerno de los joyeros, al asegurar que llevaba puesto un chaleco antibalas en los instantes posteriores a los disparos, pese a que después se cubrió con una chaqueta y que se presentó como el jefe de seguridad. En su declaración como testigos en el juicio contra Lluís Corominas, para quien la Fiscalía pide 11 años de cárcel por matar de un disparo a un supuesto ladrón, los dos agentes han desmontado hoy otro de los elementos de la versión del procesado, que en su declaración de la semana pasada sostuvo que no ha vestido un chaleco antibalas ni el día del homicidio ni "nunca". En la sesión de hoy ha declarado también como testigo un subinspector de los Mossos d'Esquadra conocido de Corominas y que fue el primero a quien el acusado llamó tras matar al supuesto ladrón, aunque su testimonio ha resultado estéril dado que ha dicho no recordar apenas nada de las conversaciones que mantuvo con él en los instantes en que estuvieron a solas antes de su arresto. Por su parte, los dos primeros policías que acudieron a casa de los Tous, los únicos que vieron a Corominas con el chaleco antibalas porque cuando llegaron las otras patrullas se había puesto una chaqueta de plumón, se han mostrado contundentes al señalar ese detalle de las vestimenta del acusado. De hecho, uno de los agentes de la patrulla, que acudió al lugar a los pocos segundos de realizarse los disparos, ha explicado que se fijó en que llevaba el chaleco porque en esos momentos le sorprendió que Corominas vistiera una prenda de protección así, y él no, pese a ser policía. Los testigos han coincidido en señalar que, cuando llegaron al lugar de los hechos, encontraron a Corominas de pie, apuntando con su pistola a uno de los supuestos ladrones tendido en el suelo, y que de inmediato se identificó como el jefe de seguridad de los Tous, aunque durante el juicio ha negado que ostentara este cargo. Posteriormente, mientras los policías se centraban en inmovilizar a los dos presuntos ladrones, vieron a Corominas hablando por el teléfono móvil, en una actitud "nerviosa pero controlada", en palabras de uno de los testigos. Antes de la llegada de refuerzos, la atención de los dos primeros mossos se centró en controlar los movimientos de los dos supuestos ladrones, entre ellos el fallecido que aún estaba malherido dentro del coche, y no pidieron al acusado que les entregara el arma porque, han precisado, para ellos Corominas "no suponía ningún peligro" al haberse identificado como jefe de seguridad de los Tous. De acuerdo con el relato de los agentes, cuando llegaron frente a la casa de los joyeros el procesado les explicó espontáneamente que había tenido que disparar contra los dos supuestos asaltantes porque lo habían querido "atropellar", una palabra con la que Corominas pretendía referirse a que habían intentado atacarlo, según adujo en su declaración ante el jurado popular. Por su parte, el subinspector con quien contactó telefónicamente el acusado tras los disparos ha asegurado que, pese a que esa tarde acudió a título personal al chalé de los Tous y acompañó al acusado a su casa para recoger sus enseres antes de ir a comisaría, Corominas se limitó a decirle que había disparado porque habían intentado robar en la casa de sus suegros. Según este policía, del Grupo de Homicidios de los Mossos, pese a que antes de la detención de Corominas estuvieron un tiempo a solas, el acusado -con quien había compartido comidas y ratos en el gimnasio- no le dio más detalles de lo sucedido y sólo hablaron de "cómo te puede cambiar la vida en un segundo". En la sesión de hoy han declarado también los mossos de las patrullas de refuerzo que también se desplazaron a la casa de los Tous, entre ellos los que cachearon a los dos presuntos ladrones y registraron su vehículo, donde encontraron dos grandes martillos, dos mazas, una radial, emisoras de radio y material de montaña, pero ningún arma.