El comandante del Ejército del Aire Francisco Marín Núñez murió ayer tras caer en picado el avión C-101 que pilotaba durante un vuelo de entrenamiento en aguas de La Manga del Mar Menor, en Murcia, a unos cien metros de la costa. El Ministerio de Defensa investiga las causas del accidente en el que falleció el piloto, que tenía 42 años.

Marín, casado y con un hijo y residente en Murcia, era ahora instructor de vuelo en la Academia General del Aire de San Javier. Hasta la temporada pasada fue miembro de la patrulla acrobática Águila del Ejército del Aire. Condecorado varias veces, había acumulado 3.300 horas de vuelo en las distintas unidades en las que había estado destinado, según apuntó Defensa.

Él era el único tripulante y logró eyectarse (salió expulsado del avión) antes del impacto. La nave estaba en la fase final de su vida operativa, con 30 años de funcionamiento, pero era «segura», señaló el subdirector de la academia a la que pertenecía el piloto, José María Alonso.

La investigación determinará si el accidente se debió a un error del piloto o a un fallo mecánico. El jefe de Capitanía Marítima de Cartagena, Óscar Villar, que coordina a las cerca de 300 personas desplegadas para recuperar los restos del reactor y del instructor, subrayó que la operación «no es fácil» por la amplia diseminación de los objetos. Por ello, podría alargarse varias jornadas más. Tras confirmar que se habían hallado «restos orgánicos de naturaleza humana» en el agua, reveló que se había localizado la cola y parte del fuselaje a una profundidad de 15 metros, pero no la cabina ni los motores.

Partes de la nave llegaron a la playa Galúa, en la que se respiraba un fuerte olor a queroseno y de la que a la hora del accidente, las 9.38, fueron desalojados los bañistas. También se cerraron al baño las playas de Monte Blanco, Barco Perdido y Las Sirenas, de la parte cartagenera de La Manga, para facilitar el rescate.

ALERTA NARANJA / En el operativo desplegado, que coincidía con una alerta naranja por gota fría, participaron ayer cuatro helicópteros, dos dragaminas con sónar de barrido lateral, dos barcos de Defensa y buceadores de la Armada, de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo.

Los restos que se hallen en el mar serán llevados al muelle militar de La Curra, en Cartagena, y los del litoral, a la Academia General del Aire de San Javier, donde se analizará el reactor. Una vez los forenses concluyan la investigación se prevé un funeral de Estado en la academia.