SANCHORREJA. Más de un millar de personas despidieron ayer a Bonifacio Martín, uno de los dos policías asesinados por ETA en Sangüesa (Navarra). Sus cenizas llegaron hasta la iglesia de este pueblo de la Sierra de Avila portadas por su esposa Carmen y sus hijas Leticia y Ana (en la foto). El director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, dijo que Martín no era un "muerto de la policía, sino de la democracia".