Desde que salió del coma al que le condujo un agresor machista, Jesús Neira se pasea por los platós televisivos haciendo gala de un verbo agresivo e incontenible, pero ayer, por un breve instante, radiografió su rocambolesca historia reciente con absoluto rigor y mesura. "Alguien debía haber pensado que yo iba a ser una muñequita de ocasión, pero les he salido rana", dijo horas antes de cesar como responsable del Consejo Asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, cargo al que le llevó su presidenta, Esperanza Aguirre. Neira sale en televisión e insulta. Neira conduce bebido y dice que no tiene nada de qué arrepentirse. Neira pide que le echen. Y el mismo día en el que lo van a echar, Neira sostiene que es mejor morir que renunciar a la ingesta de alcohol, relaciona bebida y sexo y explica que para él resulta absolutamente necesario tomar cerveza cuando acude a un bar porque el jamón que le sirven es malo.

"Si no puedo pegarme un revolcón con una señora y encima no puedo tomarme un vino, no quiero vivir", dijo ayer en Espejo Público (Antena 3) el ya expresidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de Género, detenido el pasado 1 de septiembre en la madrileña M-40 por ir ebrio al volante. "Si me quito la cerveza, le voy a decir al médico que me voy a matar --continuó--. Prefiero morirme a quitarme una cerveza y un vino".

Sin embargo, toda la capacidad autocrítica de Neira para juzgar su cuerpo se queda en nada a la hora de evaluar sus responsabilidades e interpretar por qué ya no está en el organismo autonómico de largo nombre y confusas funciones. El se va, dice, no le echan. "Han querido utilizarme. Después han querido neutralizarme. A continuación, las patadas dirigidas a Aguirre resulta que las daban en mi trasero", dijo ayer en el programa.

El vicepresidente del Ejecutivo madrileño, Ignacio González, explicó que el Gobierno autonómico había destituido a Neira después de que este se negara a dimitir. Su sustituta será Concha Sierra, actual vocal de un organismo que nadie sabe explicar a qué se dedica. González señaló que era "imposible resumir su actividad en dos minutos".