Dice Irene de Miguel que admira a Marcelino Camacho, a Pepe Mújica (el expresidente de Uruguay) y a Julio Anguita; que le inspira la activista indú Vandana Shiva y que fue Pablo Iglesias («uno de los políticos más inteligentes y audaces que conozco», apostilla) quien le hizo saltar del sofá. La portavoz de Podemos en la Asamblea de Extremadura lidera ahora la candidatura de Unidas por Extremadura (aglutina, junto a la formación morada, a IU, Extremeños y Equo) dispuesta a impulsar un nuevo modelo económico y energético en la región. Será su segunda legislatura y, pase lo que pase, después se irá.

--Es la única mujer que aspira a presidir la Junta de Extremadura.

--Pues sí. Pero en Podemos teníamos claro que las mujeres teníamos que dar pasos adelante en los espacios de liderazgo político. Me animaron mis compañeros y lo asumí por responsabilidad, con el partido y con muchas otras mujeres que han luchado antes y que han hecho que yo esté hoy aquí. Que yo sea candidata muestra que vamos dando pasos, pero también que son insuficientes.

--¿Por qué decidió entrar en la política? Porque su plan de vida (es ingeniera agrónoma y tiene un vivero de frutales antiguos en las Villuercas) parecía ir por otro lado...

--Nunca me había planteado estar donde estoy, aunque siempre me he informado, he sido muy crítica y estaba muy defraudada con la clase política. Me sentía muy identificada con ese ‘no me representan’ y veía que Podemos iba a ser la herramienta para transformar la sociedad; pero lo veía muy urbano. Teníamos que estar la gente que vivimos en los pueblos para mostrar que hay otra realidad en el mundo rural y que no se podían olvidar de nosotros, porque se nos planteaba un futuro preocupante por la despoblación y el abandono. El mundo rural tenía que tener voz.

--¿Alguna vez se ha arrepentido?

--Cuando uno se toma la política en serio es muy absorbente y yo tengo tres hijos pequeños. Algunas veces me da pena no estar con ellos, pero creo que en el futuro van a agradecer que su madre, durante un tiempo, se dedicara a intentar mejorar este país y este mundo.

--Lo acota, «durante un tiempo».

--Hay que salir de la política para tomar aire y perspectiva. La política no puede ser una forma de vida, porque al final pierdes el norte de por qué has llegado a ella. Ocho años es una etapa adecuada, aunque es cierto que pasarlos en la oposición es frustrante para alguien que quiere mejorar la vida de la gente. Pero esta es mi última legislatura.

--¿Qué les diría a los indecisos y a los que ni siquiera saben si votarán?

--Que nos estamos jugando el devenir de una generación entera y se nos está planteando un retroceso brutal en derechos y libertades. Hay que votar y decir en las urnas que queremos un país que avance y una región que mire a su futuro con esperanza, no una región resignada o anclada en el miedo o el pasado. Si alguien necesita engancharse al tren de la modernidad es Extremadura, y eso no se puede hacer desde discursos de odio o modelos productivos basados en los de otras regiones que se industrializaron hace muchos años. Tenemos que crear nuestro propio modelo y liderarlo.

--¿Cuál es el modelo que plantea Unidas por Extremadura?

--Un modelo que garantice nuestros servicios públicos, nuestra sanidad, nuestra educación pública y nuestra dependencia. Es importante que Extremadura esté en la vanguardia de los cuidados y la dependencia, por las tasas tan altas que tenemos y por una cuestión de justicia, y necesitamos dignificar esos cuidados. Queremos un modelo productivo basado en la transición ecológica y energética, en energías renovables y en la eficiencia energética de nuestras construcciones. Se puede generar empleo sin necesitar que vengan de fuera con grandes proyectos empresariales.

--¿Si fiamos todo el modelo económico al campo, no estamos alimentando nuestra dependencia del sector primario?

--¿Por qué no es rentable producir alimentos cuando comemos varias veces al día todos los días del año? Por cómo está construido nuestro sistema agroalimentario. Hay que sacar los alimentos de los tratados de comercio, regular el mercado y dar un empujón a la transformación de nuestros productos primarios; al vacuno, el porcino, los hortícolas y la fruta. Hay un sector por explorar en el valor añadido de nuestros productos primarios desde la transformación.

--Dice que Extremadura debe subir al tren del desarrollo y ha iniciado en una estación la campaña.

--Era algo simbólico, por el tren que nunca llega. El tren no es el único problema pero sí el símbolo de la dejadez y el abandono de los gobiernos autonómicos y estatal. Y también es el símbolo de la emigración. No queremos que la gente se tenga que ir porque no tiene un futuro aquí. Y sin un empleo de calidad que te permita construir un proyecto de vida, no te vas a quedar.

--¿Qué medidas propone frente al desempleo y la precariedad?

--Vamos a fiscalizar las contrataciones de la administración pública. Es básico que se cumplan los derechos laborales.

--¿Y cómo se fomenta la contratación privada?

--Planteando sellos de calidad a las empresas que trabajan bien y con criterios de responsabilidad. Y queremos que ese sello prime a estas empresas a la hora de acceder a subvenciones públicas, por ejemplo para contratar a jóvenes.

--En 2015 Podemos facilitó el gobierno del PSOE con su abstención. ¿Lo harían de nuevo?

--No va a haber mayorías absolutas y el señor Vara va a tener que elegir. Queremos un gobierno progresista, que avance en derechos sociales y que genere empleo de calidad. Será el señor Vara el que tenga que aclararse y decidir con quien quiere llegar a acuerdos. No es lo mismo un gobierno con Ciudadanos, como ya se vio en Andalucía, que un gobierno con Unidas por Extremadura.

--¿Pero darían su apoyo al PSOE?

--Nuestro apoyo nunca va a ser gratuito y se tendrán que cumplir muchas premisas de nuestros planteamientos. Llevamos cuatro años ya en las instituciones, en dos llegamos a acuerdos presupuestarios y ha habido ciertos incumplimientos.

--¿Como cuáles?

--Con las políticas sociales. Especialmente los planes de empleo social y la ley de renta garantizada, que ellos incluían en la agenda del cambio.

--Las encuestas recogen que los nuevos electores se decantarían, por este orden, por Vox, PSOE Y CS.

--Nos tenemos que plantear si nuestro sistema educativo está funcionando para que una fuerza que se define xenófoba, racista, antifeminista y homófoba tenga tirón entre la gente joven. Hay que plantearse si estamos creando mentes críticas o meras piezas del sistema capitalista.