Cada día crece la sensación de que la confusión en la izquierda aberzale es de nota. De lo contrario, no se entendería que Arnaldo Otegi haya necesitado 14 días para desmentir que sea obra suya la carta que el pasado 22 de diciembre difundió el diario Deia, afín al PNV, en la que defendía que quien no respalde la llamada declaración de Alsasua, proclive al abandono de la violencia, "no está en sus cabales o trabaja para el enemigo".

La abogada que defiende a Otegi, la exparlamentaria vasca Jone Goirizelaia, anunció al día siguiente de la publicación su intención de llevar el caso a los tribunales por entender que se había violado el secreto postal y el derecho a la intimidad del preso. Sin embargo, fue ayer cuando Gara informó de que el propio Otegi había contactado con la letrada para desmentir el contenido de la misiva que, supuestamente, iba dirigida a un interno en la prisión de Zuera (Zaragoza). Precisamente ese centro penitenciario acoge ahora a un número significativo de etarras, casi medio centenar, que cuestionan la validez de la lucha armada para lograr la independencia de Euskadi y que, en algunos casos, han sido expulsados de la organización.

PROTAGONISMO INCOMODO Dirigentes socialistas reconocieron ayer no tener dudas de que la rectificación de Arnaldo Otegi obedece a una "orden de arriba", en referencia a la dirección de la banda terrorista, disgustada con el protagonismo del que fuera interlocutor del Gobierno durante el fallido proceso de paz.

Ahora, el debate en las prisiones se desarrolla dentro de las pautas que marca la cúpula y que el autodenominado colectivo de presos políticos vascos sigue al pie de la letra, controlando cualquier movimiento crítico. El último ejemplo ha sido la expulsión de cinco disidentes anunciada el pasado lunes en un comunicado por la banda.

"REVENTAR" EL DEBATE La posición de Otegi como referente del sector de la izquierda aberzale que apuesta por superar la violencia se esgrimía como un ejemplo de posibilismo frente a la ortodoxia. Pero los afines al dirigente encarcelado sostienen ahora que se le ha manipulado para perjudicar a la izquierda aberzale. El histórico dirigente Tasio Erkizia denunció ayer que todo obedece a una estrategia de Interior y del PNV para "reventar" el debate.