Como sucediera el 1 de diciembre tras el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton (Francia), todas las fuerzas parlamentarias y los agentes sociales se dieron cita ayer en el Congreso para hacer una exhibición de unidad ante ETA. La reunión, de 45 minutos, alumbró un documento en el que los firmantes condenan el asesinato del exconcejal socialista Isaías Carrasco y expresan su disposición "a responder a esta agresión de forma firme y unitaria, a defender la libertad y a derrotar a ETA a través de la fuerza exclusiva del Estado de derecho". El PP puso una vez más en evidencia que la unidad real sigue esquiva, al ventilar en público sus reparos a la declaración y rechazar una comparecencia conjunta de todos los grupos ante la prensa.

El texto no establece la convocatoria de una concentración de repulsa, pero expresa el apoyo a "todas" las movilizaciones que acuerden las fuerzas políticas y sociales vascas. Y cita la convocada en Arrasate y la anunciada por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), ambas el 10 de marzo.

COMICIOS El texto subraya que la banda ha cometido el atentado en vísperas electorales y pronostica que los comicios "se convertirán en una nueva victoria de la libertad". "ETA no ha conseguido ni conseguirá nunca torcer la libre voluntad de los ciudadanos", añade. Aunque el documento evita formular un llamamiento a la participación masiva el 9-M, casi todos los portavoces minoritarios, en sus comparecencias ante la prensa, animaron a los ciudadanos a votar. "ETA ha pedido la abstención en Euskadi. Cada voto será un acto expreso de condena a ETA", dijo Josu Erkoreka (PNV).

En el encuentro participaron José Blanco y Diego López Garrido, por el PSOE, y Eduardo Zaplana e Ignacio Astarloa, por el PP. El secretario general del PP, Angel Acebes, no acudió, con el pretexto de que debía permanecer de guardia en Génova, ya que Mariano Rajoy estaba en Arrasate. A su vez, Zaplana se marchó tras finalizar la reunión, dejando a Astarloa la tarea de comparecer ante la prensa.

Los populares juzgaron inconveniente que, a 48 horas de las elecciones, Acebes y Zaplana, dirigentes con fama de duros , expusieran la posición del partido. Además, sus figuras están asociadas a los atentados del 11-M.

Astarloa no se mordió la lengua. Contó que su partido exigió sin éxito que el texto recogiera los compromisos de todos los firmantes de que "nunca se negociará con ETA para pagar un precio político para que deje de matar" y de que, en la próxima legislatura, se revocará la resolución parlamentaria del 2005 que, con oposición del PP, autorizó el diálogo con ETA. Para el dirigente popular, ambas provisiones eran "esenciales" para dejar claro que la unidad "debe ser para derrotar al terrorismo, que es lo contrario que negociar".

El secretario de organización socialista, José Blanco, y el resto de firmantes coincidieron en expresar su satisfacción con el documento conjunto.