En el seno del PNV se confiaba en que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, calibraría la necesidad que tiene de garantizarse apoyos parlamentarios en el Congreso, para lo que resta de legislatura, antes de atreverse a alejar del poder a los nacionalistas vascos y dar su bendición a un Ejecutivo socialista en Euskadi. Esa convicción explica que hace solo unos días un dirigente peneuvista aprovechara una llamada a Zapatero, "a iniciativa de terceros", para cerciorarse de que la decisión del PSE de formar gobierno en Euskadi no tenía marcha atrás. Y se cercioraron: "Hay que saber estar en la oposición", aseveró entonces el presidente del Gobierno, según fuentes conocedoras de la conversación.

Dichas fuentes se mostraron sorprendidas de la "frialdad" con la que Zapatero respondió a su interlocutor, a pesar de que se le estaba poniendo en bandeja un acuerdo estable PNV-PSOE orientado a unir fuerzas frente a la crisis económica, sin aventuras soberanistas y con garantías de apoyo en el Congreso.

Los peneuvistas saben ahora ya de primerísima mano que Zapatero está dispuesto a apostar fuerte por el cambio en Euskadi aunque, en opinión de los nacionalistas, lo que está haciendo es poner en riesgo la estabilidad de su propio Gobierno.

Y es que, según se apunta desde el PNV, la determinación de sacar de la Lendakaritza a Juan José Ibarretxe tendrá, indudablemente, un ingente coste para el PSOE. De hecho, el pasado miércoles el portavoz nacionalista en el Congreso, Josu Erkoreka, mantuvo un tenso rifirrafe con Zapatero, a quien acusó de haber puesto a su servicio el Poder Judicial por interés partidista. Esa incómoda situación es susceptible de empeorar cuando López sea lendakari. Eso beneficiaría colateralmente al PP, ya que en los próximos meses podría encontrarse con que sus iniciativas parlamentarias hallan mejor acogida que de costumbre.

CITA PSE-PP Y mientras el PNV sigue reclamando una oportunidad, representantes del PSE --sin Patxi López-- se reunieron ayer con una delegación popular, sin Antonio Basagoiti. La cita, según el PP, fue como la seda, aunque los socialistas fueron más mesurados a la hora de sacar conclusiones, informa Ana Garbati.

¿De qué se habló en el encuentro? Apenas de investidura y algo más de la constitución de la Mesa del Parlamento de Vitoria, cuya presidencia pretende el PP.

Oyarzabal sostuvo ante la prensa que el PP no va a "abrir brechas", sino a poner el acento en lo que le "une" con el PSE. Los socialistas, por su lado, divulgaron una nota en la que se rebajaba el aparente entusiasmo de sus interlocutores. Su versión es que hubo un "intercambio cordial" de puntos de vista sobre los problemas de Euskadi. Y que continuará el diálogo. Los socialistas insisten en que no habrá alianza de gobierno con el PP, sino una serie de iniciativas puntuales acordadas con los populares para dar forma inicial al cambio, pero sin pactos formales.