M ientras el Consejo de Ministros estaba reunido y pocas horas antes de que el PSOE ayudase a abortar la comparecencia de Pablo Iglesias en el Congreso por la financiación de Podemos, los socios morados del Gobierno provocaron el enésimo roce con los socialistas. En esta ocasión, por la controvertida gestión del inicio del curso escolar, y en vísperas de la reunión prevista para mañana entre el Ministerio de Educación y los gobiernos autonómicos para tratar de acordar un protocolo común para reabrir las aulas con seguridad, ante la incertidumbre de familias y profesores.

En este contexto, fuentes de Unidas Podemos afirmaron ayer que el vicepresidente segundo y líder de los morados, Pablo Iglesias, considera que la ministra de Educación, Isabel Celaá, está demostrando una «falta de liderazgo» a la hora de articular una «vuelta segura» a los centros educativos. Una inacción que, siempre según las citadas fuentes podemistas, ha causado un «nuevo desencuentro» en el seno del Gobierno, ante lo que confiaron en «alcanzar un acuerdo» sobre este «asunto capital» antes de que dé comienzo el curso escolar.

Unidas Podemos intenta marcar perfil desde la semana pasada con este asunto, por ejemplo, apoyando la reclamación de algunas comunidades autónomas de que se rebaje la ratio de alumnos por aula. Para hacerlo posible, la formación de Iglesias reclama que los 2.000 millones de euros del fondo covid para autonomías habilitados para educación estén condicionados y solo puedan destinarse a la contratación de nuevo profesorado y a alquilar o acondicionar espacios que permitan desdoblar las clases para poder reducir las ratios de alumnos. Según los morados, esta es la única vía para garantizar que los niños puedan volver a los colegios y los institutos de una forma segura para ellos, para los docentes y para las familias, ya que minimizaría el riesgo de contagio.

Las críticas vertidas por los morados llegaron a la rueda de prensa de Pedro Sánchez. Pero el presidente eludió la controversia en todo momento, pese a que los periodistas le apretaban. Recalcó que, «lógicamente», las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas y mantuvo que está igual de orgulloso de todos los miembros de su Gabinete, al margen de su adscripción.

Sánchez también recordó, para defender frente a sus socios (y frente a la oposición), que su Gabinete sí se ha preocupado de la vuelta al cole, que antes de que decayera el estado de alarma, el pasado 21 de junio, los ministerios de Universidades y Sanidad elaboraron una guía de recomendaciones de cara al próximo curso universitario, y que al día siguiente se llegó a un acuerdo sobre los protocolos educativos para la vuelta al cole en septiembre. Consenso, señaló, del que solo se salieron dos comunidades: Madrid y Euskadi, informa Juanma Romero . H