El periplo delictivo de El Solitario , el ladrón más buscado de España, acabó ayer en una pequeña ciudad costera del norte de Portugal, Figueira de Foz. Tras más de 13 años investigándole, la Guardia Civil y la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Policía Judicial portuguesa, pudieron apuntarse un tanto: ese hombre casi mítico, que solía ayudarse de barba, peluca y gafas para perpetrar sus asaltos, a quien ya se le conocía también como "el enemigo público número uno", ha caído y se llama, en realidad, Jaime Jiménez Arba. Tiene 51 años.

Jaime Jiménez Arba, nombre mucho menos novelesco que El Solitario , se disponía a cometer un atraco cuando fue detenido. Uno más de los, como mínimo, 30 que ha realizado en el último lustro, que le han reportado unas ganancias de unos 600.000 euros y le han llevado presuntamente a cometer tres homicidios, dos guardias civiles en Castejón (Navarra) en junio del 2004 y un agente de la Policía Local en La Vall d´Uixó (Castellón). Sus pertenencias al ser apresado dicen mucho: una perilla postiza, un traje de color gris, un maletín, tres armas de fuego --dos cortas y una automática--, munición, chaleco antibalas y un vehículo con matrículas españolas y portuguesas, ambas falsas. Lo tenía todo preparado.

"UN TAL JAIME" La operación de ayer comenzó a principios de junio. La Policía Judicial de Madrid obtuvo entonces pruebas que indicaban que, quizá, "un tal Jaime" podía ser El Solitario . Lo era. Vivía en un chalet adosado en Las Rozas, una localidad madrileña cuyos habitantes gozan de alto poder adquisitivo. Tanto su casa como una nave industrial en Pinto, que le podría haber servido de almacén para las armas y los disfraces, fueron ayer exhaustivamente registradas.

¿Quién es en realidad este hombre capaz de pegarle un tiro en la pierna a un cajero y decirle "esto es para que la próxima vez tengas más dinero?" Poco se sabe, por ahora. Está separado y tiene dos hijos, uno de 15 años y otro de 6. Fue instalador de aire acondicionado. Le eximieron del servicio militar tras serle diagnosticada una enfermedad psiquiátrica: paranoia. Sus vecinos en el barrio de Las Rozas lo retrataron ayer como alguien "de carácter muy fuerte", "agresivo" e incluso como "un loco".

Enajenado o no, todo el mundo coincide en considerarlo "muy peligroso". Así lo calificó la policía portuguesa, alertada la semana pasada por los cuerpos de seguridad españoles y encargada de detenerle ayer ante las puertas de una sucursal de la Caixa de Crédito Agrícola de Figueira da Foz. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien se encontraba precisamente en Lisboa para reforzar la cooperación entre los dos países ibéricos, definió la operación como "brillante". Hoy pasará hoy a disposición judicial en Portugal, aunque Rubalcaba ya anunció que pedirá su extradición.