Casi tres meses después de decretar la suspensión de actividades de ANV y el cierre de sus sedes, el juez Baltasar Garzón ordenó ayer el registro y clausura de un local que el veterano partido aberzale mantenía abierto como establecimiento hostelero en Portugalete (Vizcaya).

La Policía Nacional, que desarrolló la operación durante más de tres horas, se incautó de diverso material que los agentes sacaron del local en varias cajas. Mientras, la Ertzaintza vigilaba al medio centenar de seguidores que se concentró en la barrera del cordón policial entre gritos contra la "represión" y el PNV y a favor de la independencia.

La operación se inició poco antes de las once de la mañana. Seis furgonetas de agentes antidisturbios y de paisano se desplegaron en torno a la sede de ANV en la calle Santa María, en pleno casco antiguo y acordonaron la zona evitando el paso ante el local.

El camarero del bar y un cliente fueron requeridos como testigos del registro. Según informó Gara en su página web, los agentes se llevaron dinero y propaganda contra el tren de alta velocidad, proyecto que la izquierda aberzale rechaza y que ha sido ya objeto de varios atentados de violencia callejera.

REPRESION Los seguidores de ANV se concentraron fuera con su presidente Kepa Bereziartua, imputado también por Garzón. Se situaron tras una pancarta en la que se leía No nos callareis. Independencia y fueron identificados por la Ertzaintza, sin detenciones. La izquierda aberzale difundió un comunicado para condenar el "delirio represivo del PSOE" y acusar al PNV de poner "alfombra roja" al cierre de su sede.

El auto firmado por Garzón el pasado febrero ordenaba la clausura de sedes y locales del partido, suspendido de actividades por tres años. Pero, ese mismo día, el Tribunal Supremo consideró improcedente actuar contra las sedes hasta no tomar una decisión sobre la ilegalización de ANV.