Miles de policías tomaron ayer el centro de El Cairo para impedir una marcha de protesta convocada por el movimiento islamista Hermanos Musulmanes, ilegal desde 1954 aunque tolerado. La víspera, las fuerzas de seguridad arrestaron a decenas de activistas del movimiento --50 según el Gobierno, 64 según fuentes locales-- en diferentes puntos del país. La medida de fuerza se produce en medio de una intensa campaña de la oposición, que considera insuficientes las reformas políticas anunciadas por el presidente, Hosni Mubarak.

El impresionante despliegue policial cogió por sorpresa a los turistas que visitaban ayer el museo Egipcio, situado en la plaza Tahrir, en pleno corazón de la capital, muy cerca del edificio del Parlamento, donde los manifestantes intentaron concentrarse sin éxito.

Los islamistas optaron al final por desplazarse a otro punto céntrico de la ciudad, donde profirieron gritos a favor del levantamiento del estado de emergencia, en vigor desde 1981, y en contra de EEUU, al que acusan de interferir en la política de Egipto.

Los Hermanos Musulmanes son un grupo moderado, que hace años abandonó las armas y aspira a ser legalizado como partido político.