De un ministro de Defensa se espera el máximo nivel de diplomacia. Pero Trillo se ha ido creciendo en la broma fácil y la prepotencia que distingue a varios miembros del Gobierno. Lo del lanzamiento del euro no pasa de ser un acto ordinario y de muy poca gracia. Pero manifestar que hubiera querido conquistar Perejil hace ocho años es una muestra total de falta de tacto, cuando las relaciones con Marruecos son muy delicadas, que seguro que habrá hecho sonrojar a un montón de diplomáticos.

*Director Escuela Cultura de Paz.