El PP gana las elecciones en Castilla-La Mancha por una amplia mayoría y, con el 71% de los votos escrutados, obtiene catorce escaños en el Congreso, por siete del PSOE, la mayor diferencia entre ambas formaciones en la historia.

El PP vence en votos y en escaños en las cinco provincias castellanomanchegas y logra el 55,82 % de los votos, mientras que el PSOE se hunde y baja del 44 % de 2008 al 30,55.

Una diferencia que ha permitido al PP arrebatar al PSOE dos escaños respecto a las elecciones de 2008, en concreto en Toledo y en Albacete.

De este modo, el PP gana por 4 a 2 en Toledo, por 3 a 2 en Ciudad Real, por 3 a 1 en Albacete, por 2 a 1 en Guadalajara y por 2 a 1 en Cuenca.

Izquierda Unida supera el 5 % de los sufragios y UPyD los roza, pero ninguno de los dos logra representación parlamentaria.