Si finalmente Francisco Camps tiene que ir a juicio, será él quien deberá analizar la conveniencia de continuar o no en la vida política. Ese es el mensaje que anoche trasladó la dirección popular, después de haber mantenido en las últimas 48 horas que no se contemplaba la posibilidad de llegar a esa situación. Pero unas declaraciones en Castilla y León Televisión de la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal, evidenciaron que en el PP sí se baraja ese escenario. Se le preguntó si el hecho de que Camps llegase a enfrentarse a un jurado popular debería implicar su dimisión. "Dependerá de muchas circunstancias y, fundamentalmente, de una opinión personal", respondió. En todo caso, el equipo de Mariano Rajoy insiste en que cree al presidente valenciano cuando garantiza que él paga su ropa y que, por tanto, no ha aceptado ningún cohecho en forma de trajes por parte de una red corrupta de empresarios. Además, la dirección de los conservadores reconoce que seguirá apoyando a Camps. "No tiene de qué preocuparse", enfatizó anoche De Cospedal.

SALA DE LO PENAL El entorno del propio Camps reitera que no tendrá que pasar el mal trago de ser fotografiado sentado en un banquillo, ya que cuenta con que la sala de lo penal y civil del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana acepte su recurso contra el auto judicial que abre esta posibilidad. Estas fuentes confían en que la presencia en dicha sala del máximo responsable del tribunal, Juan Luis de la Rúa --amigo de Camps--, junto a otros dos jueces conservadores, sea una garantía para los intereses del presidente valenciano.

También recurrirán el auto los socialistas valencianos, con el objetivo de que se amplíe la investigación a los delitos iniciales que apuntó el primer instructor del caso Gürtel , Baltasar Garzón: financiación ilegal de partidos, malversación de caudales públicos, prevaricación y tráfico de influencias. El portavoz del PSPV en el Parlamento valenciano, Angel Luna, quiere que se tome declaración a otros testigos como el cabecilla de la red, Francisco Correa; a su número dos, Pablo Crespo, y a la exdirectiva de Easy Concept Felisa Jordán, quien declaró ante Garzón que ella pagó, a través de la empresa de Correa, los trajes a Camps. Este último testimonio, clave para entender el entramado de los negocios de Correa y sus conexiones, no ha prestado declaración en Valencia porque el juez no lo ha considerado necesario.

LAS ANCHOAS DE REVILLA Mientras, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, volvió a comparar las anchoas que regala el presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, con los trajes que pudiera haber recibido Camps. Barberá consideró que ese tipo de obsequios no son un cohecho y llegó a sugerir un cambio en el Código Penal. Lo paradójico es que ella se refirió a los polémicos trajes también como obsequios, cuando Camps asevera que él los pagó. Al partido no le ha gustado la salida de la alcaldesa, incluso, hay quien piensa que podría haber "destapado" una "mentira" de su jefe.