La tensión en el Parlamento vasco se acrecienta día a día. Populares y socialistas pidieron ayer la dimisión del presidente de la Cámara, el peneuvista Juan María Atutxa, después de que éste negara la palabra al portavoz del PP, Leopoldo Barreda, y expulsara del hemiciclo al del PSE, Rodolfo Ares. Los dos partidos de la oposición denunciaron la "arbitraria y abusiva" intepretación del reglamento por parte del presidente del Parlamento, que siempre actúa, dijeron, "en beneficio del Gobierno".

La nueva bronca, que calentó aún más la ya de por sí enardecida vida parlamentaria en Euskadi, tuvo su origen en el sistema de votación de las enmiendas de totalidad a la ley de la autoridad del transporte. Atutxa abrió la caja de los truenos al utilizar la misma fórmula que ha impuesto desde hace dos años para dirimir los presupuestos, es decir, votar por separado cada una de las enmiendas presentadas por la oposición. De esta forma, sólo prosperan si el PP, el PSE y Batasuna se dan apoyo mutuo, algo muy improbable.

Barreda pretendió tomar la palabra para reclamar que, como ha sido habitual hasta ahora, las enmiendas de totalidad a un proyecto de ley del Gobierno se voten juntas. Atutxa le exigió que aclarase qué punto del reglamento le permitía intervenir en ese momento y cuando Barreda se remitió al artículo 111 y pidió que se leyera, el presidente terció con una negativa rotunda.

LLAMADAS AL ORDEN La inmediata protesta del portavoz socialista terminó en advertencias con dos llamadas al orden. Cuando Ares estaba ya en su escaño y protestó porque Atutxa daba tiempo al lendakari para que entrara en el hemiciclo para votar, el presidente le ordenó abandonar la sala. "Eso es intolerable, siempre al servicio del Gobierno", denunció Ares a gritos mientras abandonaba el salón.

Socialistas y populares arremetieron contra la "impresentable" actuación de Atutxa y reclamaron que abandone su puesto. El PP tramitó una proposición no de ley en la que plantea la dimisión del presidente de la Cámara vasca por su "manifiesta incapacidad" para asumir las responsabilidades del cargo.

Ares adujo que Atutxa se ha convertido en un "reyezuelo" y que su actitud "antidemocrática y prepotente" le inhabilita para seguir al frente del legislativo. Le acusó de confundir al Parlamento con "su particular cortijo". Los portavoces del Gobierno tripartito, Joseba Egibar (PNV), Rafael Larreina (EA) y Antton Karrera (IU) salieron en su defensa.

Atutxa, pendiente aún de que el Tribunal Superior del País Vasco decida si le procesa o no por desobedecer al Supremo al no disolver al grupo heredero de Batasuna, se declaró "tranquilo". Dijo que su estado de ánimo se mide con la "respuesta que se da en la calle" y que él sabe cuál es desde que ganaron las elecciones.

Por otra parte, la Audiencia Nacional ha archivado provisionalmente la denuncia del Ministerio del Interior contra Marcelo Otamendi, exdirector de Egunkaria , y otros tres directivos del diario aberzale. Tras ser detenidos por orden del juez Juan del Olmo, los cuatro denunciaron que la policía les infligió torturas y malos tratos.