Al parecer, a los conservadores les alivió que el Tribunal Supremo imputara a su tesorero, Luis Bárcenas, y a su portavoz adjunto en el Congreso, Jesús Merino, delitos contra la hacienda pública y cohecho, dentro del caso Gürtel , según se desprende de la actitud envalentonada con la que acogieron ayer la decisión. Dada tan sorprendente reacción, cabe concluir que el PP esperaba algo peor. Y así lo evidencian los mensajes interpretativos (cuatro en total) que el partido envió a los móviles de los periodistas nada más hacerse pública la resolución.

TRILLO, EL ESTRATEGA Fue Federico Trillo quien estuvo detrás de esos SMS. Trillo, en nombre de su partido, se empeñó en convencer a la prensa, mensaje a mensaje, de que el auto del Supremo era positivo. Y en darle vueltas a los delitos que no se van a investigar por ahora, obviando los que sí lo serán. Así, el primero de los SMS enfatizaba que el Supremo había rechazado quedarse con la competencia sobre la totalidad del caso, que actualmente se instruye en los tribunales superiores de Madrid y Valencia. Para los conservadores, eso es una prueba irrefutable de que no se ha creado un entramado para financiar ilegalmente al PP. Es cierto que el alto tribunal no acepta esa posibilidad, pero dice que podría variar su opinión al avanzar la investigación.

El segundo mensaje recalcaba que no se han apreciado conexiones entre las empresas de Bárcenas y Merino y las de la trama corrupta y, el tercero, que se descarta el blanqueo de capitales. El cuarto y último mensaje, es para "celebrar" que el Supremo haya agilizado la tramitación y no haya "filtrado" su auto.

Y mientras, el PP se resiste a apartar de sus puestos a Bárcenas y Merino, alegando que no hay aún imputación formal.