Desde que Daniel Ortega regresó a la presidencia de Nicaragua en enero del 2006 todavía no se había producido un encuentro institucional entre el Ejecutivo español y el nuevo Gobierno sandinista. Ayer, María Teresa Fernández de la Vega y Ortega protagonizaron la foto de esta primera reunión en el marco de la gira que la vicepresidenta lleva a cabo por Iberoamérica.

Aunque el Gobierno español no quiere entrar en polémica, lo cierto es que el encuentro estuvo marcado por los problemas que la empresa eléctrica Unión Fenosa está teniendo con la administración sandinista. Ortega ha amenazado a la multinacional española con retirarle las competencias de distribución eléctrica en el país si no mejora la calidad del servicio. Denuncia que los apagones son continuos, de hasta siete horas diarias, y hace dos años que duran.

El malestar ciudadano se comprueba en pintadas en las calles en contra de la empresa española. Ahora, el Gobierno nicaragüense se plantea devolver la competencia de distribución al Estado, y la eléctrica pretende aumentar las tarifas o que el Gobierno nicaragüense le ayude a sufragar pérdidas. Y es que su presencia en este país no le está resultando rentable, teniendo en cuenta que alega pérdidas de 42 millones de dólares anuales.

CONFLICTO De la Vega tuvo ocasión de escuchar a las dos partes, puesto que desayunó con empresarios españoles, entre ellos representantes de Unión Fenosa. La vicepresidenta reconoció que es un tema complejo, pero se mostró optimista. En cambio, Ortega aprovechó para criticar a la empresa acusándola de no realizar inversiones y no cumplir sus compromisos. "Estamos ante una crisis energética", dijo, y criticó duramente el proceso de privatizaciones que permitió a Unión Fenosa hacerse con el servicio de distribución eléctrica en Nicaragua. "Si les va bien el negocio no comparten con el pueblo nicaragüense, y cuando les va mal o dicen que les va mal, quieren que subsidie el Estado", criticó Ortega.

Nicaragua ha sido el paradigma de la ayuda a la cooperación que ofrece España. Hace más de 20 años que existen proyectos, 49 oenegés tienen sede permanente en el país y el Gobierno español destinará este año 58 millones de euros a la cooperación con Nicaragua. Ayer, se evidenciaron estas estrechas relaciones con la firma de la séptima comisión mixta de cooperación que fijará las prioridades del trabajo conjunto entre ambos países.

DEUDA CONDONADA Además, De la Vega anunció una subvención de cuatro millones de euros destinados a mejorar el sistema sanitario nicaragüense y, como ya hizo en Honduras, entregó al presidente una carta de José Luis Rodríguez Zapatero en la que le informa de la condonación de la deuda que Nicaragua tenía con España. A cambio, deberá canjear esta deuda por proyectos de lucha contra la pobreza y por la igualdad de género.