SALUDO CON SONRISAS

Todos los diplomáticos invitados dieron la mano a los Reyes y a los príncipes de Asturias, menos el representante de Irán, que se abstuvo. Como es habitual en sus costumbres, evitó tocar las manos de la reina Sofía y de Letizia, quienes, sin mover ni un milímetro los brazos, le saludaron con una sonrisa.

FUNDA SIN DAGA

El embajador de Omán lució sandalias y una magnífica túnica con cinto que sujetaba una funda de nácar para alojar una daga. Expertos en la materia aseguraron que el nácar no escondía ningún arma. Mientras le daba la mano, el Rey cruzó unas frases con el embajador de Kazajastán. Quizás hablaron de las cacerías vividas por Juan Carlos en este país.