Bajo los lemas negociación, en mi nombre, ¡no! y queremos saber la verdad , decenas de miles de personas convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) se manifestaron ayer en Madrid contra la negociación con ETA que el Gobierno prevé anunciar este mes y para reclamar la "verdad" de los atentados del 11-M. El grado de participación de la protesta --unas 200.000 personas-- estuvo lejos de cumplir las expectativas tanto de la organización convocante como del PP, que se empleó a fondo para convertir el acto en un plebiscito contra José Luis Rodríguez Zapatero.

Ni el apoyo logístico del primer partido de la oposición, que puso a disposición de sus militantes decenas de autocares para que se trasladaran a la capital desde diversos puntos de España, ni el clima veraniego permitieron a la AVT cumplir su declarado objetivo de superar el "éxito" de las tres convocatorias anteriores, considerando que se trataba de la primera protesta desde que ETA declarara el alto el fuego, el 22 de marzo pasado, y en pleno debate sobre el diálogo del Gobierno con la banda.

Los datos de la Delegación del Gobierno en Madrid revelan una menor participación que en la manifestación de junio del 2005 y la propia Comunidad de Madrid (gobernada por el PP) reconoció un bajón respecto a la protesta de febrero pasado.

CLIMA DE ANIMADVERSION La concentración, que se celebró sin incidentes en la plaza de Colón y se extendió por algunas calles aledañas, puso de manifiesto desde su inicio, a las 18 horas, el clima de animadversión no solo hacia ETA y su entorno, sino hacia el presidente del Gobierno. En su discurso, el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, acusó a Zapatero de "traicionar a los españoles" con un "juego muy sucio" al firmar el pacto antiterrorista con el PP y "negociar a la vez con ETA".

Ante los gritos de los asistentes de "¡Zapatero, embustero!", Alcaraz denunció al jefe del Ejecutivo por tener como "interlocutores válidos" a los "asesinos de casi mil personas" y pretender "hundir" al mismo tiempo a la AVT. El dirigente de la asociación mayoritaria de víctimas reclamó al presidente que no "claudique" ante ETA y que no conceda ahora a la banda "lo que no ha conseguido durante 28 años de asesinatos, extorsiones y amenazas".

A la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que el día antes había reprobado la manifestación argumentando que el terrorismo "no existe", le preguntó por qué se empeña el Gobierno en "arrodillar a todo un estado de derecho" ante los terroristas. La muchedumbre reaccionó al nombre de De la Vega con un largo y sonoro abucheo.

Al acto acudió la cúpula del PP, cuyo presidente, Mariano Rajoy, fue recibido con gritos de "¡presidente, presidente!". Por el pasillo habilitado por la AVT a las autoridades llegaron también, entre otros, la concejala del Ayuntamiento de Madrid Ana Botella; el secretario general del partido, Angel Acebes; el eurodiputado Jaime Mayor Oreja y el portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana. Rajoy afirmó en Telemadrid que los participantes querían la derrota de ETA y no un Gobierno "débil".

Las palabras del presidente de la AVT cerraron las intervenciones de otras cuatro víctimas, dos de la violencia etarra y dos de los atentados del 11-M. La asociación que dirige Alcaraz apoyó así, por vez primera en una manifestación, la pretensión del PP de implicar a ETA en la masacre de Madrid y defender la versión de que el Gobierno anterior nunca mintió sobre la autoría etarra.

ENIGMAS Javier Gismero, militar herido el 11-M, dijo que hay "demasiados enigmas sin resolver" en la actuación policial y judicial, que ha excluido a ETA de toda implicación. Gabriel Moris, padre de uno de los fallecidos en los atentados, dijo que el voto de las elecciones del 14 de marzo, que llevó a Zapatero a la Moncloa, llevaba implícito el "esclarecimiento de los atentados y el castigo de los implicados", cosa que, a su juicio no se ha producido, porque exigió comenzar "desde cero" las investigaciones.

Marimar Blanco, hermana de Miguel Angel Blanco --asesinado por ETA-- exigió al presidente Zapatero que se ponga "sin ambigüedad" de parte de las víctimas. Teresa Jiménez-Becerril, hermana del concejal popular asesinado junto a su esposa en Sevilla, solicitó a Zapatero que reciba a sus sobrinos y les explique "por qué es tan complaciente con quienes ordenaron la muerte de sus padres".