La ejecutiva regional de los socialistas navarros lanzó ayer un órdago a José Luis Rodríguez Zapatero al apostar por la formación de un Gobierno foral de "cambio, convivencia y progreso" con Nafarroa Bai (Na-Bai) e Izquierda Unida (IUN), acuerdo que esperan que sea refrendado por la dirección federal. Esta decisión llega después de que los dirigentes navarros hayan sondeado la opinión de las bases sobre la ruptura de las conversaciones con esas fuerzas y hayan comprobado que cuentan con una fuerte oposición interna.

El acuerdo fue adoptado por unanimidad y el PSN-PSOE queda ahora a la espera de que la comisión ejecutiva federal, a quien corresponde la decisión, confirme desde Madrid su respaldo a esta alternativa. Sin embargo, el órgano federal adelantó a las pocas horas de conocerse la noticia que "no han variado las circunstancias que posibiliten un entendimiento con Nafarroa Bai", lo que cabe interpretar como un rechazo de la dirección del PSOE al acuerdo anunciado por la ejecutiva del PSN.

DIVISION INTERNA Desde los sectores más críticos a la actual dirección del PSN se tachó de "lavado de cara" el comunicado de la ejecutiva regional, ya que estiman que su objetivo es capear la contestación interna que ha surgido tras la ruptura de las conversaciones con Na-Bai e IUN, sobre todo desde que el candidato Fernando Puras mostró su intención de buscar acuerdos con los regionalistas de UPN.

Los principales dirigentes socialistas vascos, como su secretario general, Patxi López, habían criticado la falta de valentía del PSN a la vez que propugnaban un gobierno "de progreso" que desbancara a la marca electoral del PP del poder. Sus declaraciones traslucían una defensa de la autonomía de sus compañeros navarros frente las presiones de la sede madrileña de Ferraz.

Fernando Puras tomó la responsabilidad de encabezar las negociaciones para formar Gobierno, pese a que el PSN había sido la tercera fuerza, con 12 escaños, por detrás de UPN (22) y Na-Bai (12). Pero estas conversaciones han estado sujetas a vaivenes. En una primera fase, el acuerdo entre socialistas, nacionalistas e IUN parecía cercano, aunque a mediados de julio el diálogo saltó por los aires, después de varios desaires de los socialistas a Na-Bai. Puras incluso llegó a proponer un Gobierno de concentración, integrado por todas las fuerzas, aunque no concitó ni un apoyo.

En las últimas semanas, UPN confiaba en que los socialistas se decidieran a entrar en un Gobierno de coalición con ellos o que les permitieran ostentar la presidencia en minoría. De hecho, los regionalistas se vieron en situación de fuerza, ya que si no se concreta un acuerdo de Gobierno antes del 18 de agosto, Navarra tendría nuevas elecciones, que teóricamente les beneficiarían. Recientemente han hecho llegar a los socialistas un decálogo de condiciones para un acuerdo, que desde la dirección del PSN ha sido considerado como "un trágala inaceptable".

La decisión tomada ayer por la ejecutiva regional se sitúa en la línea del acuerdo adoptado el 4 de julio por el comité regional, cuando se posicionó a favor del acuerdo con Na-Bai e IU por 104 votos a favor y uno en contra. La ejecutiva regional fue citada ayer, con discreción. Según fuentes consultadas por Europa Press, en los últimos días, las tres fuerzas habían logrado subsanar diferencias sobre la estructura del próximo Ejecutivo.