La aprobación de 54 de las 105 resoluciones propuestas por los grupos parlamentarios tras el debate sobre el estado de la nación permitió clarificar ayer el nuevo escenario de alianzas políticas. En concreto, la aproximación del PSOE a CiU y su distanciamiento de ERC, hasta ahora uno de los socios del Gobierno. El grupo parlamentario que encabeza Josep Antoni Duran Lleida facilitó a los socialistas el giro al presentar iniciativas más asumibles por el Ejecutivo que las de los republicanos.

A diferencia del debate del año pasado, cuando el PSOE otorgó un amplio respaldo a las propuestas de ERC y rechazó todas las de CiU, ayer fueron estos últimos los que lograron la aprobación de 14 resoluciones: el PSOE apoyó siete --tres en su literalidad y cuatro mediante enmiendas-- y aunque rechazó otras dos, fueron aprobadas con el apoyo del PP. A ello se sumaron cinco presentadas conjuntamente por CiU con los socialistas. ERC solo logró que se aprobaran dos resoluciones.

La diferencia de actitudes entre CiU y ERC se evidenció en tres resoluciones parecidas, a las que ambas formaciones daban especial trascendencia: sobre aeropuertos, política lingüística y balanzas fiscales.

En el caso de la lengua, CiU se limitó a instar al Gobierno a impulsar el cumplimiento de una sentencia del Supremo, en la que se "reafirma el reconocimiento de la unidad de la lengua catalana, con independencia de la denominación oficial de la misma en los distintos estatutos de autonomía". ERC fue más lejos, al exigir la presentación de una ley de lenguas estatal y reconocer que catalán y valenciano "son la misma lengua".

Respecto al capítulo de financiación, CiU planteó la publicación de las balanzas fiscales (resultado de cuentas entre el Estado y las autonomías) "previa finalización de los estudios técnicos". ERC reclamó la publicación de las balanzas en 12 meses y añadió una reprobación al Gobierno por incumplir una resolución idéntica que el PSOE apoyó en el debate del 2005.

No prosperaron iniciativas del PP ni de Eusko Alkartasuna.