El PSOE y el PP han elegido la economía --más bien la mala situación que atraviesa la misma-- como objeto de refriega veraniega. Los socialistas acusan al principal partido de la oposición de no "arrimar el hombro" ni aportar "soluciones", pese a los tiempos que corren. Los populares creen que el Gobierno se muestra incapaz de tomar medidas para frenar "el incremento alarmante" del paro y la bajada del índice de producción industrial y que, encima, no quiere prestar oídos a las recetas ajenas.

El caso es que los dos partidos mayoritarios, a través de los dirigentes que se han quedado haciendo guardia estival en sus respectivos cuarteles, se siguen tirando las cifras a la cabeza y piden comparecencias en el Congreso: la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, reclamó ayer la del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, para que explique el desempleo.

Los conservadores, como ya hicieran también la pasada semana, reunieron a su comisión de seguimiento de la crisis económica, una reunión que presidió Mariano Rajoy. A su término, compareció ante los periodistas De Cospedal, que tiró de las orejas a un Ejecutivo "que no está ni se quiere dejar ayudar". A su entender, toca ser austero en el gasto público, sin que ello signifique disminuir el gasto social, "que es el que mantiene a las familias más necesitadas".

"COMITE ELECTORAL" El PSOE contratacó a través de su secretaria de organización, Leire Pajín, que instó a Rajoy a aclarar en qué quieren recortar: "¿En becas, en pensiones?", preguntó. En su opinión, el PP ha creado un "comité electoral" --no de seguimiento de la crisis--, para criticar a los socialistas. "Ni arriman el hombro ni proponen nada ni generan confianza".