El PSOE celebrará entre este viernes y el domingo su conferencia política, un acto presentado en su momento, tras el nombramiento de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato, como el de la renovación de las ideas del partido. Ideas de verdad, lleva por lema el encuentro, con el que se quiere subrayar la tesis de que son los socialistas quienes están marcando con sus propuestas la agenda de la campaña, mientras que el PP, convencido de que nada tiene que hacer para ganar las generales, tira balones fuera cuando le preguntan sobre las grandes cuestiones a las que se enfrenta España: el empleo y el futuro del Estado del bienestar.

Será el primer gran acto electoral de Rubalcaba y de allí saldrá ya casi completamente perfilado el programa electoral. Los socialistas buscan acentuar en él su discurso socialdemócrata y de izquierdas. "La conferencia tendrá un aroma socialdemócrata y europeísta", dijo el jueves, en la presentación de la cita, la directora de campaña del PSOE y mano derecha de Rubalcaba, Elena Valenciano. La cumbre intentará mostrar que es posible cuadrar las cuentas públicas, reducir el déficit y crear empleo sin sacar la tijera. Se celebra en un momento en el que los socialistas, incluido su candidato, han afilado sus dientes contra el PP. Ven en los recortes aprobados o planeados por los gobiernos autonómicos conservadores la palanca con la que despertar a parte de su dormido electorado tradicional.

El discurso de Zapatero Estructurado en comisiones y foros --sobre economía, sistema electoral, igualdad y empleo, entre otros-- la cumbre, en la que habrá 300 invitados sin carnet del PSOE pero con derecho a voto y a presentar enmiendas, la inaugurará con un discurso de José Luis Rodríguez Zapatero, quien, pese a haber dejado el liderazgo del partido en manos de Rubalcaba, sigue siendo su secretario general.

Será una de sus últimas intervenciones ante los cuadros socialistas y tendrá algo de despedida. Sin embargo, el verdadero adiós de Zapatero no se producirá hasta el congreso del PSOE, que tendrá lugar en febrero o marzo del año que viene. Allí se elegirá a un nuevo secretario general. Rubalcaba, por el momento, guarda silencio sobre su futuro. Todo depende del resultado del 20-N.