El yemení Ramzi bin al Shibh, el cerebro del 11-S detenido en el 2002 en Pakistán y confinado por EEUU en Guantánamo (Cuba), ha confesado a sus interrogadores que se reunió en julio del 2001 en algún lugar de la costa de Tarragona con Mohamed Atta, de 33 años, el jefe del comando suicida de Al Qaeda que atentó contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, en Washington, ataque que provocó 3.016 muertos.

Bin al Shibh ha relatado a sus captores, según la Guardia Civil, que la cita de Tarragona fue el último encuentro que mantuvo con Atta para decidir detalles del ataque. Los dos terroristas se reunieron desde el 9 al 17 de julio del 2001. Una cumbre a la que asistieron otros tres terroristas árabes y en la que todavía no estaba decidida la fecha del atentado.

Según informaba ayer El País, "a mediados de agosto del 2001", Atta le comunicó por teléfono la fecha en que los comandos llevarían a cabo los atentados. A finales de ese mes, Bin al Shibh llamó a Atta para confirmar la fecha y "dejó pasar una semana, por si había contratiempos, antes de comunicarla a la cúpula de Al Queda en Afganistán".

CAMBRILS El egipcio Atta llegó a Madrid el día 8 procedente de Miami (EEUU), durmió en el hotel Diana Cazadora del aeropuerto de Barajas y se trasladó en coche alquilado hasta Tarragona. El yemení llegó el mismo día al aeropuerto de Reus (Tarragona) procedente de Hamburgo, sede principal de la célula terrorista, y se alojó acompañado de otra persona en el hotel Mónica de Cambrils.

Cuatro días antes de la acción, volvió a España, recogió un pasaporte falso y voló a Kabul. Según el testimonio de Bin al Shibh al FBI, él fue el último hombre de la célula de Hamburgo que huyó de Europa antes de que se perpetraran los atentados suicidas. Para huir de España, contó con el apoyo de miembros de Al Qaeda en este país.