El ministro de Defensa, José Bono, tiene dos opciones para sustituir al teniente general José Mena Aguado al mando de la Fuerza Terrestre. Una consiste en proponer para el cargo a un teniente general, y la otra, en ascender a un general de división.

Las fuentes militares consultadas señalan que el "virreinato" sevillano es un cargo muy apetecible para el segundo jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Joaquín Tamarit Navas, quien tiene una buena relación con Bono, al que ayudó a descubrir los entresijos de la contratación del avión Yak-42 cuando ocupaba el cargo de Jefe del Estado Mayor Conjunto. Bono lo ascendió a teniente general en la remodelación de la cúpula militar de julio del 2004 y lo nombró segundo jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, tras el general José Antonio García González.

La sombra del 23-F

Sobre Tamarit pesa la sospecha de haber estado implicado en la intentona golpista del 23-F. El comandante Ricardo Pardo Zancada, uno de los condenados, le atribuyó la consigna --"la bandeja está grabada"-- para movilizar a la División Acorazada Brunete. No obstante, Tamarit sólo compareció en el juicio en calidad de testigo. Su ascenso a teniente general ya suscitó hace año y medio recelos y críticas entre las filas socialistas.

Otros tenientes generales de confianza del ministro son Carlos Villar Turrau, que ocupa el cargo de director general de armamento y material; Juan Yagüe Martínez, jefe de la Fuerza Logística, y Manuel Ramón Bretón, jefe del mando de adiestramiento y doctrina, quien desempeñó el cargo de jefe del gabinete técnico del ministro. Bono finalizará el jueves sus consultas.

Si Bono opta por ascender a un general de división, varias fuentes coinciden en que el oficial mejor colocado es el comandante general de Ceuta, Luis Gómez-Hortigüela. Curiosamente, también invocó el artículo 8º de la Constitución el pasado 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, pero matizó que el Ejército español está sometido al Gobierno.