El PP no olvida. Mariano Rajoy confesó ayer que no le gusta nada el ascenso del exfiscal de Madrid Mariano Fernández Bermejo a fiscal jefe de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo. Fernández Bermejo presentó hace meses una querella contra el entonces ministro de Justicia José María Michavila por considerar que le había insultado durante una rueda de prensa.

La propuesta del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, de nombrar a Fernández Bermejo se votó en el Consejo Fiscal y contó con cuatro apoyos, entre ellos el del fiscal general. Al mismo cargo optaba Fernando Herrero-Tejedor, hermano del periodista y eurodiputado Luis Herrero, que logró cinco votos.

Sin embargo, Conde-Pumpido desoyó esa correlación de votos y propuso el ascenso de Fernández Bermejo, como un reconocimiento a su labor al frente de la jefatura de Madrid, cargo del que fue desplazado el pasado verano por una reforma promovida por el Gobierno de Aznar.

De hecho, el Gobierno del PP respaldó el nombramiento de Eduardo Fungairiño como fiscal jefe de la Audiencia Nacional, pese a que no tuvo ni un voto en el Consejo Fiscal. No obstante, Rajoy dijo ayer que su opinión sobre Bermejo "es muy mala". Y añadió: "Es de esas personas que da lecciones a los demás, que presume de demócrata y al que no le han votado ni sus compañeros".

El PP ha pedido la comparecencia en el Congreso del ministro de Justicia y del fiscal general para que expliquen el nombramiento.