Se presentó ayer Mariano Rajoy como la víctima de un gran complot que trata de dañar al presidente, al Gobierno en su conjunto, al partido que lo sustenta y a España en general. No quiso hacer "especulaciones" sobre quién está detrás de esa hipotética conspiración que ha dado pie, según sugirió, a que se publiquen informaciones sobre el pago de sobresueldos a la cúpula del partido. Incluido a él mismo. "No vamos a quedarnos de brazos cruzados ante ataques que no solo pretenden desacreditar al partido y al Gobierno de España, sino crear una situación de zozobra e inestabilidad en un momento particularmente delicado desde el punto de vista económico y social", alertó el jefe del Ejecutivo.

Además de lo dicho y de cargar contra el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, por dar pábulo a "insinuaciones" de este calibre, Rajoy hizo ayer tres apuestas clave cuyo aval es su credibilidad: la primera, sentenciar que es "falso" que haya "recibido ni repartido" alguna vez dinero en negro. La segunda, garantizar que en la organización en la que milita "no se pagan cantidades que no hayan sido registradas en la contabilidad" oficial. Y la tercera, hacer estas y otras aseveraciones que inevitablemente pasarán a la historia de la política española (el tiempo dirá si para bien o para mal) en una intervención retransmitida en directo, pero sin atender a la prensa.

DECLARACIONES DE RENTA Prefirió ayer dar su versión de lo sucedido a los dirigentes del PP, no a los periodistas. De esa forma evitó --de momento-- los interrogantes que querían plantearle los profesionales que esperaban en la sede del partido, sede en la que aguardaban también numerosos corresponsales que no daban crédito a la situación.

La prensa extranjera, como la de casa, está pendiente y busca respuestas a lo que el propio Rajoy definió como "un escándalo de grandes dimensiones" que afecta a miembros significados del partido. "Y que por incluirme a mí alcanza a la presidencia del Gobierno", añadió. Una vez más, Rajoy se mostró dispuesto a gestionar el caso con "máxima transparencia, rigor y diligencia" para disipar dudas sobre el comportamiento de los populares, alegando que no se pueden permitir que se piense que no están "a la altura del rigor ético más estricto y de la integridad más escrupulosa". "Transparencia total, pues, de todo lo que personalmente me afecta y afecta al partido. Y cuando digo esto me refiero a declaraciones de la renta, de patrimonio y cuanta información sea relevante a estos efectos", anunció Rajoy.

NI HABLAR DE DIMITIR Está por ver las declaraciones de qué años va a colgar el presidente en la web de Moncloa la próxima semana, porque desde 2011 se conoce vía Congreso que el patrimonio de su señoría Rajoy ascendía, en el 2010, a 600.000 euros, cuatro casas, un garaje y una oficina. Y está por ver también qué utilidad tiene que un político cuelgue sus datos fiscales cuando está bajo sospecha por, supuestamente, haber recibido dinero en negro, o sea, ocultánselo a Hacienda.

Pero Rajoy recalcó ayer que él no es de esos. Que no se ha asomado a la política para hacer fortuna. "No he venido a la política ni a ganar dinero ni a engañar a Hacienda .... Yo ganaba más dinero en mi profesión registrador de la propiedad que como político", señaló, agregando que pierden el tiempo los que intenten atacarle con insinuaciones sobre su patrimonio. "Si alguien piensa que mediante el acoso yo me voy a encoger o que puedo abandonar la tarea que los españoles me han encomendado, tengo que decirle que se equivoca", sentenció. Vamos, que ni hablar de dimitir ya que, reiteró, son "falsas" todas las acusaciones de cobros en dinero negro basadas en unos apuntes contables "apócrifos", publicados en El País, y que hipotéticamente pertenecen al extesorero Luis Bárcenas, el de los 22 millones en Suiza. A este respecto, Rajoy negó que el partido tenga cuentas en el extranjero y pidió confianza en la investigación interna que lleva a cabo su actual tesorera, Carmen Navarro.

Navarro tomó la palabra ante el Comité para dar un avance de su trabajo: no encuentra nada sucio en la contabilidad que está revisando --datos a partir de 1995, de antes no se conservan--. Además, el PP no ha tenido problemas de financiación salvo en los años electorales 2000 y 2004, siendo su fuente de financiación principal (más del 95% de sus ingresos) las subvenciones del Estado. En el capítulo donativos, se registran 11,8 millones, de los cuales 8,4 son anónimos hasta el 2007. Falta la auditoria externa. Y una rueda de prensa de Rajoy, obviamente.