Mariano Rajoy celebró ayer que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero haya decidido aparcar el prometido mando único de la policía y la Guardia Civil. "Le felicito por ello, porque ya dijimos que hubiera sido un disparate de colosales proporciones", declaró en Jerez de la Frontera (Cádiz) el secretario general del PP, quien rechazó, no obstante, que el jefe del Ejecutivo haya elegido al militar Carlos Gómez Arruche, general del Ejército del Aire, como nuevo director de la Guardia Civil.

En su programa electoral, el PSOE incluyó el compromiso de crear "un mando unificado y conjunto" de las fuerzas de seguridad del Estado. Pero el Gobierno ha preferido posponer esta medida hasta que los ministros José Antonio Alonso (Interior) y José Bono (Defensa) pacten qué atribuciones tendrá ese mando único sobre cada cuerpo.

Mucho más crítico se mostró Rajoy con la elección del nuevo director de la Guardia Civil, tanto por la designación de un general del Ejército del Aire como por el "espectáculo" que ha dado el Gobierno al no aclarar si el nombramiento ha sido propuesto por Alonso o por Bono. Recurriendo a la ironía, se preguntó si situar a un militar al frente del instituto armado --tras 18 años de jefes civiles-- es "un paso importante hacia la modernización" que había anunciado el PSOE.

REPLICA DE BONO El ministro de Defensa no tardó en responder a las críticas de Rajoy. José Bono contestó que, si le hace "gracia" que un militar dirija la Guardia Civil, aún la tiene más que "un registrador de la propiedad, como él, aspire a ser presidente del Gobierno".