El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha comprometido a abordar “en los próximos meses” una reforma del sistema tributario y, en el marco de esta política, abordar un cambio en el modelo del sistema de financiación.

El presidente respondía así a la principal demanda de uno de sus barones autonómicos, el presidente valenciano, Alberto Fabra, que al igual que Artur Mas se queja amargamente del reparto de los fondos destinados a las comunidades.

Rajoy ha acudido este sábado por primera vez desde que es presidente a un acto del PP en la Comunidad Valenciana, una región que hasta ahora ha evitado para marcar distancias con Francisco Camps y la decena de escándalos de corrupción que sacuden la región. De hecho el presidente ha hecho hincapié en su apoyo a Fabra, que está intentado llevar a cabo una limpieza en el partido, aunque aún tiene nueve imputados en el grupo parlamentario.

Rajoy también ha mostrado su respaldo a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, salpicada en los últimos tiempos por el 'caso Nóos', pero de forma más sibilina.

En materia económica, el presidente ha lanzado un mensaje de optimismo, al asegurar que este año "será peor que el pasado pero mejor que el que viene". "El pesimismo ya está de retirada en nuestro país", ha manifestado, tratando así de infundir ánimos en los suyos, en su militancia, en su partido, muy desencantado con las medidas difíciles, los malos resultados en las encuestas y el 'caso Bárcenas'. "Necesitamos el apoyo del PP", ha reiterado incluso.

Rajoy ha sacado pecho de sus reformas, de la "batalla" ganada en Europa para conseguir reducir el déficit a un ritmo menor del previsto, y de los primeros 'brotes verdes' de la economía, como son la creación de casi 100.000 puestos de trabajo en mayo, la bajada de la inflación o la mejora del sector español.

Aún así, ha subrayado, no se siente satisfecho y por eso en los próximos meses su Gobierno se concentrará en que el crédito fluya hacia las pymes y en llevar a cabo políticas que reduzcan el desempleo juvenil.