Mariano Rajoy anunció ayer que el congreso extraordinario en que se proclamará a su sucesor se celebrará los días 20 y 21 de julio en Madrid. En su discurso ante la junta directiva nacional, el todavía presidente del PP dio muestras de una de sus principales preocupaciones en estos momentos: que el partido no se desangre por el camino. Rajoy pidió a sus compañeros de filas que sean «constructivos» en este proceso y que comparen las «virtudes» de los candidatos, pero no se ensañen con las «carencias». El miedo a una guerra interna a menos de un año de las elecciones municipales, autonómicas y europeas sobrevuela el partido y por eso varios barones y también el coordinador general del partido, Fernando Martínez Maillo, han pedido una lista única con un candidato de consenso. Algunos de los que defienden esta opción miran a Alberto Núñez Feijóo y esperan, impacientes, que María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría se descarten.

Pero ese momento no llega. Mientras Feijóo se deja querer y asegura que él no desvelará lo que va a hacer planes hasta el lunes como pronto (cuando empieza el plazo oficial para formalizar la candidatura), la secretaria general y la exvicepresidenta mantienen la tensión. La primera se alejó de la prensa todo lo que pudo en el acto de este lunes. La segunda no la evitó y dijo que estaba en el mismo punto que la semana pasada: pensándoselo.

Rajoy defendió la celeridad en el proceso porque, en su opinión, no pueden perder «un segundo» para que la formación esté de nuevo «en perfecto estado de revista» en septiembre. Sobre todo, porque España, en su opinión, vive «una etapa de gran incertidumbre» con Pedro Sánchez en la Moncloa y los ciudadanos pueden necesitarles «en cualquier momento». En su discurso, el expresidente del Gobierno volvió a cargar contra el nuevo Ejecutivo e insistió en que no han sido «los españoles» los que le echaron sino una «amalgama apresurada de socialistas, independentistas y partidos de extrema izquierda, Bildu incluido».

El político gallego defendió su decisión de no tener «delfines» ni señalar «sucesores», porque sería cometer «una enorme injusticia con todos los demás». En primera fila, le escuchaban Santamaría, Cospedal y también Feijóo. Los tres son los nombres que se repiten en las quinielas, a falta de que algún tapado dé la sorpresa. Rajoy insistió en más de un momento en el temor que tiene a que se abra una guerra interna.

Varios miembros de la junta directiva tomaron la palabra para agradecerle a Rajoy su trabajo. También habló el expresidente de Baleares José Ramón Bauzá, con el objetivo de defender la necesidad de que el PP refuerce su vertiente «liberal». Luego ante la prensa, Bauzá descartó desvelar si planea presentar una candidatura e insistió en que lo que quiere es pedir un debate ideológico.

POSICIÓN DE MONAGO / El presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, indicó que lo necesario es que, tras la celebración del próximo Congreso extraordinario de su partido, salga un «proyecto muy fortalecido», no solo por el bien de esta formación sino el bien de España. Según informa EFE, Monago considera «legítimo» que pueda haber más de una candidatura, pero, tras precisar que todos en el partido son «gente adulta», abogó ayer por que finalmente salga un proyecto fuerte y unido.

Monago no quiso entrar a valorar los distintos nombres que se barajan como candidatos a liderar el partido porque cree que su opinión vale lo mismo que la de los compromisarios que decidirán finalmente en el congreso extraordinario.

Por su parte, el vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, se mostró convencido de que al partido dialogará «mucho» y «hará las cosas bien» en el proceso de renovación del liderazgo que afronta para su congreso extraordinario del mes de julio.

Arenas explicó que se ha reconocido la «gran gestión» que ha hecho Rajoy y, sobre si es partidario de que exista una sola candidatura, se limitó a constatar que prefiere «lo que los militantes decidan».