En su primera intervención pública tras el procesamiento del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, el líder del PP, Mariano Rajoy, ni mencionó el asunto; ni permitió que los periodistas que le acompañaban en un multitudinario acto en Santiago de Compostela le preguntaran sobre cómo afronta su partido el hecho de que uno de sus dirigentes más emblemáticos tenga que sentarse en el banquillo por su presunta vinculación con la trama Gürtel. El presidente de los populares prometió, eso sí, un Gobierno "con coraje". Rajoy actuó como si el "caso Camps" no fuera con él, y ni el grito de uno de los asistentes ("No todos los valencianos somos iguales") le hizo reaccionar. Desde el viernes, cuando se hizo pública la apertura del juicio oral contra Camps y varios de sus colaboradores, apenas tres o cuatro dirigentes del partido han expresado en público un apoyo más bien tibio al presidente de Valencia. Los periodistas intentaron ayer sin éxito abordar al presidente del PP tanto a la llegada como a la salida de la recepción que le ofreció el alcalde de Santiago de Compostela, Gerardo Conde Roa. Rajoy consiguió escabullirse y fue imposible acercarse a él. En su intervención, Rajoy prometió un Gobierno "serio y con coraje" y con el apoyo suficiente para "dar la vuelta" a la difícil situación en la que se encuentra España. Y remató, entusiasmado: "No bajéis la guardia nunca".