El presidente del PP, Mariano Rajoy, anunció ayer en Valladolid que su partido se opondrá a los presupuestos del Estado para el 2006 porque, en su opinión, son "insolidarios" y no responden a los problemas y prioridades de los ciudadanos, sino a los "enjuagues y cambalaches que hace el Gobierno".

El líder conservador, que participó en un mitin en defensa del campo español, advirtió al Ejecutivo de que "hay que gobernar para las personas y no para los partidos políticos, los pactos y cambalaches", y los presupuestos aprobados ayer por el Consejo de Ministros "no sirven" para hacer el esfuerzo de competitividad que requiere la actual economía europea y mundial.

A juicio de Rajoy, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "ha equivocado sus prioridades". El líder del PP sostuvo que las administraciones están para establecer las condiciones que permitan a los ciudadanos trabajar en ámbitos como la sanidad o la educación.

Rajoy también se planteó algunos interrogantes sobre la política de pactos de Zapatero, o sobre proyectos que se hacen sin "finura, acuerdo o habilidad", como la restitución a Cataluña de documentos del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca.

A juicio del presidente del PP, un gobernante debe fijar prioridades y hablarle claro a la gente, aunque "haya que tomar a veces medidas que no son muy agradables, pero que son buenas para gobernar con inteligencia".

"Tenemos un Gobierno que está sólo en el día a día, en la propaganda, en ver qué puede hacer para salir en los periódicos pero que no se preocupa del futuro de España", añadió Rajoy.

DIRIGENTES "CADUCOS" El secretario de organización del PSOE, José Blanco, respondió ayer al anuncio del rechazo del PP a las cuentas afirmando que este partido "sigue anclado en una visión antigua de España", y atribuyó el "problema" a que "sus dirigentes y políticas han superado la fecha de caducidad".

Blanco, que inauguró ayer en León una sede del PSOE, dijo que las cuentas para el 2006 establecen un "aumento del gasto público, manteniendo el equilibrio presupuestario" y suponen "más avance social y más modernización". Añadió que Rajoy critica el proyecto por el aumento del gasto público que conlleva y, al respecto, le pidió que aclare si "es contrario a que haya más autovías, que suban las pensiones y las becas, o que haya más recursos para vivienda".