Medido en las formas pero visceral en el fondo, Mariano Rajoy rechazó el plan Ibarretxe con los argumentos de que es inconstitucional y fractura al Estado y a los vascos. Pero introdujo a ETA como protagonista del debate, acusó al lendakari de "poner por escrito el proyecto" que la banda "ha inspirado" y apeló al recuerdo de los asesinados por los terroristas para justificar su no . Lo contrario, dijo, sería "ultrajar la memoria de las víctimas".

Rajoy calificó de "presunta" la reforma del Estatuto al considerar que no sólo vulnera la Carta Magna sino que se erige en sí misma en una especie de Constitución de Euskadi. Le sirvió para señalar al lendakari la contradicción de arrogarse el derecho de redactar una "norma constituyente" y acudir al Congreso por falta de legitimación para "hacerla por su cuenta". "¿Qué pretenden: proclamar su independencia con nuestras bendiciones?", preguntó.

Acto seguido, reprochó al Parlamento de Vitoria que se arrogue "atribuciones que no le corresponden" y señaló que la propuesta de reforma del Estatuto aborda materias que no le competen. El presidente del PP explicó que lo que ayer se abordaba en el Congreso era el cumplimiento de la ley y que, fuera de ella, no hay nada que discutir. Ibarretxe había prometido antes que los vascos decidirían su futuro y Rajoy aprovechó para tildar de "desfachatez revestida de hipocresía" la petición de que se tome en consideración "un hecho consumado".

Tras asegurar que cree firmemente en el diálogo, Rajoy lamentó que el de ayer le pareciera breve a algunos. "Es que el asunto no da más de sí", sostuvo, antes de asegurar que no será posible negociar hasta que los promotores del plan Ibarretxe no corrijan "malentendidos" como el concepto de soberanía y la reivindicación de "presuntos derechos indefinidos de un pueblo metafísico".

Aunque con referencias a la legalidad, Rajoy salpicó su discurso con muestras de socarronería. Como cuando recordó a Ibarretxe que no está facultado "para convocar un referendo, ni para operar de apendicitis".

Sólo fue un respiro. Porque en la parte más dura de su intervención, salieron a colación sustantivos como "muertos, sangre, mordazas" y nombres propios como los de Enrique Casas, Gregorio Ordóñez, Miguel Angel Blanco y Fernando Buesa, entre otros. El plan Ibarretxe , dijo, ha salido adelante en Euskadi porque ETA "le ha prestado sus votos, ha amordazado a la mitad de la población vasca y ha matado a los que estorbaban".

"MUERTOS EN BALDE" El líder de los populares se dirigió a los nacionalistas para decirles que promocionar la propuesta de ayer era como decir que las mil víctimas de ETA "han muerto en balde" y que se podía haber ahorrado "mucha sangre" si los muertos hubieran flexibilizado sus planteamientos. Y aseguró que, cuando ETA deje de existir, habrá libertad y paz. E indicó al lendakari que estaba dispuesto a ayudarle. Rechazando su plan