La inquietud que genera a algunos sectores socialistas la subida de impuestos decidida por el Gobierno quedó ayer de manifiesto en la reunión a puerta cerrada entre el grupo del PSOE en el Congreso y la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado. En alguna de las intervenciones se planteó a Salgado la posibilidad de que no solo se suba el IVA o las rentas del capital, sino que también se aprieten el cinturón los propietarios de las Sicav, las sociedades de inversión de capital variable, un producto utilizado fundamentalmente por grandes fortunas. Salgado advirtió que gravar estas sociedades podría producir una fuga de capitales a otros países europeos y generar problemas técnicos.

La ministra alegó también que la mayor parte de los titulares de Sicav forman parte del grupo de las rentas del capital superiores a 6.000 euros, que van a sufrir un aumento de tres puntos en la presión fiscal. Con todo, la ministra no cerró la puerta a estudiar esta petición, que además es una de las condiciones de IU e ICV para negociar los presupuestos.

En la reunión de los diputados socialistas también se propuso a la ministra la posibilidad de que la decisión de suprimir la bonificación de 400 euros en el IRPF incluya una excepción para que las rentas más bajas sigan recibiendo esta ayuda fiscal. Salgado, que en todo momento adoptó una actitud flexible, se mostró dispuesta a estudiar esta propuesta.

DEFENSA FIRME La ministra se esforzó en defender la subida de impuestos, dado que, según ella misma admitió, es la parte más "polémica" del proyecto de los presupuestos. Salgado defendió la mayor presión fiscal en términos de progresividad y puso varios ejemplos, como que las rentas del ahorro inferiores a 6.000 euros van a ver incrementada su presión fiscal muy poco, dado que el tipo impositivo sube solo del 18 al 19%.

La ministra cerró su intervención invitando a una reflexión colectiva para que en España exista mayor "conciencia fiscal" para poder financiar adecuadamente las políticas sociales.