Pedro Sánchez abrirá hoy las puertas de la Moncloa a Pablo Casado. El presidente del Gobierno convocó la semana pasada al líder de los populares a una cita para buscar el entendimiento entre ambas formaciones en diversas cuestiones. La renovación del Consejo General del Poder Judicial y una decena de órganos institucionales más, la reforma del sistema de pensiones o la configuración de un nuevo modelo de financiación autonómica son aspectos en los que socialistas y morados necesitan del apoyo de los conservadores en el Congreso para alcanzar la mayoría cualificada, 210 votos a favor. Sin embargo, el clima de conflicto y desconfianza mutua que acompaña el encuentro no permite augurar una reunión muy productiva.

El secretario general del PSOE hará de anfitrión con las amenazas del PP de llevarle a los tribunales si no actúa contra el president de la Generalitat, Quim Torra, aún recientes en la memoria. Y Casado se presentará en la sede gubernamental con el recelo de quien piensa que se va a entrevistar con alguien que 48 horas antes le atacó en un discurso público. Un cóctel de suspicacias al que se suma la cuestión catalana, que separa a ambos líderes y dificulta su relación.

FISCAL GENERAL Y VENEZUELA / Esta será la primera vez desde que Sánchez salió investido presidente que se reúnen los dos políticos. El jefe de los socialistas lo aprovechará para poner sobre la mesa su intención de alcanzar el consenso necesario para realizar las reformas más urgentes. No obstante, su predisposición al pacto parece verse enturbiada por los reproches de los populares al PSOE debido al nombramiento de Dolores Delgado como Fiscala General del Estado y al encuentro del ministro de Transporte, José Luís Ábalos, con la número dos de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez. Temas que los de Casado han usado para intentar acorralar al Ejecutivo. Por ello, el líder de los socialistas pedirá a su homólogo conservador que deje a un lado el «bloqueo» y se instale en una oposición de Estado que permita llegar a acuerdos.

Entre los asuntos más apremiantes están la renovación del CGPJ que lleva en funciones desde diciembre de 2018. Además, podrían negociar también la composición del Tribunal Constitucional, del Consejo de Administración de Radio Televisión Española o de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencias.

Desde el PP insisten en que Casado acudirá a la Moncloa únicamente por «lealtad institucional» y para explicar al presidente del Gobierno la agenda programática de los conservadores. Entre sus argumentos para desconfiar de Sánchez señalan que el líder de los socialistas les «insultó» ante el Comité federal del PSOE el pasado sábado para, «a renglón seguido», asegurar que quiere dialogar con ellos. «Nos insultan, atacan y luego dicen que nos tienden la mano», lamentó este domingo el responsable de Comunicación del Partido Popular, Pablo Montesinos, en RNE.

DESASOSIEGOS POPULARES / «Constatamos que [Sánchez] está muy alejado de la centralidad, de la moderación, del bloque constitucionalista», sentenció el dirigente popular antes de dirigir la mirada hacia Cataluña y la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat como principal escollo en su relación con los socialistas. Así, en los continuos reproches a Sánchez señaló que el diálogo con Torra, que aparentemente tendrá lugar durante febrero, supone «acabar con la igualdad de todos los españoles».

Segun fuentes de los populares, Pablo Casado se sentará ante el presidente del Gobierno con la intención de trasladarle su preocupación por la «degradación institucional» que ha traído de la mano el Gobierno de coalición, por la «actual situación de frenazo económico» y por el «deterioro del empleo» que se está viviendo en España. Cuestiones a las que el líder popular sumará su desasosiego por los acuerdos de Sánchez con ERC, EH Bildu o Unidas Podemos.

CONTACTOS OFICIOSOS / Con todas las diferencias que separan a Sánchez y Casado parece bastante complicado apostar por un final exitoso para la reunión de este lunes. No obstante, ambas organizaciones políticas han mantenido contactos oficiosos en las últimas semanas para hablar, entre otras cosas, de la renovación de instituciones. Se desconoce si hay avances.

Respecto a la estrategia de los conservadores, el miércoles pasado, los de Pablo Casado estrenaron la primera sesión de control al Gobierno de esta legislatura con una extensa batería de preguntas sobre el encuentro entre el ministro de Transportes, José Luís Ábalos, y la número dos de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez. Esta semana, los conservadores cambiarán y buscarán acorralar al Ejecutivo con preguntas centradas en la economía española y las propuestas del Gobierno de coalición para mantener el crecimiento del PIB español.

«Ha renunciado el Gobierno a reducir el desempleo que sufren más de tres millones de Españoles?», será la pregunta que le plantee el líder del PP al jefe del Ejecutivo. Los populares también interrogarán al Gobierno sobre los Presupuestos General del Estado o sobre los problemas de las empresa electrointensivas.