Pedro Sánchez está a un paso de quedarse sin ningún apoyo fuera del Gobierno. Sus aliados, aquellos que le respaldaron primero en la moción de censura del 2018 y después en la investidura del 2020, han acumulado tal malestar por la gestión gubernamental de la pandemia de coronavirus que han enviado un último mensaje a la Moncloa. O corrige el rumbo, o no seguirán apoyando en el Congreso. ERC, PNV, Bildu y BNG exigen al Ejecutivo que les informe de antemano de las medidas que se adoptan, en lugar de esperar a conocer la situación del país por la prensa. También reclaman que se levante el estado de alarma. Este último planteamiento apunta a que el próximo miércoles, cuando se debatirá una nueva ampliación, podrían votar en contra. Si los socios no respaldan la prórroga, los votos del PP serán imprescindibles. Es decir, Sánchez quedará en manos de Pablo Casado, en principio favorable a mantener la excepcionalidad, pero que de momento no confirma cuál será su decisión.

El malestar de los aliados, muy presente en la sesión de control al Gobierno el miércoles, se disparó ayer en la comparecencia de Salvador Illa ante la comisión de Sanidad del Congreso. En las cuatro horas que duró la sesión, el ministro no dio cuenta de la orden que regula el permiso para salir a la calle a partir del fin de semana. Adujo que el documento se estaba «ultimando» y que ello le impedía concretarlo en el Parlamento. Al mismo tiempo, fuentes gubernamentales explicaban que el propio Illa informaría de los detalles en una rueda de prensa solo dos horas después de que terminase la comisión. Fue el detonante de un malestar que se acumula. Las críticas le llovieron en cascada .

«¿Qué sentido tiene que los que les facilitamos la llegada a la Moncloa nos enteremos de las cosas por las ruedas de prensa?», le preguntó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. El mismo reproche hicieron PNV, Bildu y BNG.

Más allá de la ausencia de información, los aliados protestaron por la extensión del estado de alarma que, opinan, debe suspenderse ya. ERC acusó a Sánchez de «bunkerizarse» en la Moncloa. El PNV advirtió al Gobierno de que no podrá contar con su apoyo si no levanta la excepcionalidad. El BNG dijo que el Ejecutivo «usurpa» competencias y Bildu que es el Estado «más centralista de la UE». Illa aseguró que carece de «ningún ánimo de recentralizar nada».

COMISIÓN EN EL SENADO / El mismo argumento utilizó la ministra de Política Territorial y Función Pública en el Senado para hacer frente a las críticas. Carolina Darias reivindicó ante el Senado que el Estado autonómico ha funcionado «bien» y «con eficacia» y que el Gobierno ha contado con todas las comunidades. Pero varios presidentes del PP y su portavoz, Javier Maroto, exigieron al Ejecutivo de Pedro Sánchez «lealtad», y el Gobierno vasco le pidió que se termine con el estado de alarma y se devuelva a las autonomías las competencias.

Darias abrió la sesión de la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado en la que participaron 14 gobiernos autonómicos, todos salvo el de Cataluña, que no quiso acudir, y los de Baleares y Canarias, que no pudieron por el estado de alarma. Por el PP participaron los presidentes de Madrid, Castilla y León y Murcia, aunque la madrileña Isabel Díaz Ayuso encabezó la censura al Gobierno y a Sánchez, entre otras cosas por no haber estado en el Senado con ellos. También acudió el cántabro Revilla, pero ningún barón socialista.

«Nos vamos a arruinar», avisó Díaz Ayuso, incidiendo en que si esa ruina se hace realidad, lo que ahora es una crisis económica y social pasará a convertirse en una «catástrofe». La presidenta madrileña reclamó la creación de una mesa bilateral de trabajo con el Ejecutivo central para poder pactar planes concretos de desescalada que eviten la ruina de su comunidad, que, dijo, acoge al 14% de la población nacional y es motor económico del país.

Las comunidades socialistas, por su parte, respaldaron el trabajo del Gobierno. La senadora del PSOE María Victoria de Pablo Dávila recriminó al PP su decisión de «ponerse el luto» antes de hacer el recuento total de fallecidos por el coronavirus. «Todo les parece poco, incluso los muertos», sostuvo la socialista.