Los principales sindicatos sanitarios han firmado un manifiesto conjunto en contra de la reducción de los presupuestos sanitarios por considerar que "ponen en peligro" el futuro del Sistema Nacional de Salud. Por medio de un comunicado, FSS-CCOO, CESM, CSIF, SATSE y USAE, han rechazado de manera conjunta los criterios que se están utilizando para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado y de las Comunidades Autónomas para 2011. Así, entre las medidas que cuestionan destacan las propuestas para incluir por primera vez la tasa de reposición en el sector sanitario y reducir los fondos en investigación e inversión, y los destinados a la cohesión Interterritorial. Para las organizaciones sindicales "es inadmisible el deterioro que el SNS está empezando a sufrir, que se va a ver agravado con la importante reducción del presupuesto", que supone un recorte de 4,22 por ciento entre 2010 y 2011. Además, han advertido de que esta reducción se ha calculado sobre sobre presupuestos y no sobre gastos reales, por lo que el recorte real será "bastante mayor de lo aprobado". Los sindicatos también han cuestionado el hecho de que, por primera vez, se aplique una tasa de reposición de efectivos del 10 por ciento, lo que obligará "a buscar alternativas fuera del empleo público y de las características que definen al mismo". De este modo, según el manifiesto, "se esta abriendo la puerta, de par en par, a la participación en el SNS a las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) y a la eliminación de las bolsas de empleo que, bajo los criterios que definen el empleo público, gestionan los diferentes Servicios de Salud". Para los sindicatos, éstas y las aplicadas en 2010 "son medidas agresivas contra los profesionales del sector, que poco contribuyen al establecimiento de un buen clima laboral". No obstante, los firmantes del manifiesto han reconocido que el SNS necesita que se acometan "medidas importantes para evitar que intereses económicos, ajenos al mismo, se aprovechen y quieran obtener importantes beneficios a costa de la reducción de derechos". Así, han propuesto una serie de reformas estructurales para asegurar cinco grandes ejes: la suficiencia financiera, la equidad y solidaridad, la sostenibilidad, gobernabilidad y racionalidad de la Sanidad y la Práctica Clínica. En concreto, han propuesto medidas como exigir que los fondos destinados a gasto sanitario tengan carácter finalista, establecer políticas activas para control del gasto farmacéutico y alta tecnología, y exigir al conjunto de los gobiernos (central y autonómicos) adecuar el presupuesto del gasto sanitario al gasto real ejecutado. Además, han pedido potenciar la Atención Primaria y la práctica clínica y reactivar los mecanismos e instrumentos de participación social, profesional y ciudadana con el "objetivo de lograr la sostenibilidad presente y futura del SNS".