Nunca como hasta ahora se han hecho visibles para los ciudadanos vascos las distancias entre los tres aliados en el Gobierno de Euskadi. Aunque PNV, EA y EB guardan las formas, cada uno de los partidos hace la guerra por su cuenta tras los que pasan por ser sus peores resultados electorales.

No solo les separa su diferente grado de entusiasmo a la hora de defender la hoja de ruta del lendakari. Varios proyectos concretos del Gobierno relacionados con áreas sociales están reavivando la pugna entre Eusko Alkartasuna y Ezker Batua.

Pero además, ha reaparecido un viejo fantasma que enfrenta a PNV y EA, y es Iñigo Urkullu el que lo ha resucitado al sugerir la conveniencia de una reflexión sobre la estrategia de unidad de ambas fuerzas. La sola mención del asunto ha molestado a EA, que reivindica la singularidad de su propio proyecto frente al PNV, del que se escindió en 1986.