Un plan perfecto. La Audiencia Nacional ordenó ayer el ingreso en prisión de Arnaldo Otegi minutos después de que el Tribunal Supremo le comunicase que había confirmado la pena de 15 meses de cárcel que se le había impuesto por enaltecer el terrorismo al participar en un acto de homenaje en el 2003 al dirigente etarra José Miguel Beñaran, Argala , asesinado por un grupo parapolicial en 1978.

La orden de detención fue ejecutada por la policía nacional, que le arrestó unos minutos antes de que Otegi llegara al Hotel San Sebastián de la capital guipuzcoana, donde iba a dar una rueda de prensa. Al filo de la una de la tarde, el dirigente aberzale ingresó en la cárcel de Martutene. Otegi estaba sentado en la parte trasera de un vehículo camuflado y sin esposar.

LA SORPRESA La noticia de su detención sorprendió a sus compañeros de filas. Mientras aguardaban su llegada al hotel junto a los periodistas, uno de ellos les informó de la detención de Otegi tras recibir una llamada de un miembro de Batasuna que le contó que el líder aberzale acababa de ser detenido antes de llegar al establecimiento.

Su lugar en esa rueda de prensa fue ocupado por Pernando Barrena, quien calificó la detención de "un hecho gravísimo" y lo calificó de "una venganza" tras la ruptura de la tregua. También acusó al PSOE de haber vuelto a la "espiral de acciónreacción" y pronosticó que esta medida significa "una vuelta a los tiempos oscuros".

El Supremo comunicó ayer el fallo de su decisión, que ha sido adoptado por unanimidad. En los próximos días hará público el texto de la sentencia. Fuentes judiciales desvelaron que los magistrados han tenido problemas para redactar la argumentación de esta resolución, ya que el delito de enaltecimiento del terrorismo permite una interpretación flexible que posibilita tanto la absolución como la condena.

Tras alcanzar un acuerdo, el presidente de la sala penal del Supremo, Juan Saavedra, llamó al presidente de la sala penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, al filo de las 11.15 horas para informarle de que un funcionario policial le iba a entregar un sobre con un adelanto del fallo. A los cinco minutos llegó la comunicación que fue trasladada al presidente de la sección tercera, Félix Guevara.

En cinco minutos, los jueces firmaron una providencia en la que informaron que habían acordado la ejecución de la condena de 15 meses que impusieron a Otegi en abril del 2006. Por ello, el tribunal ordenó su "detención e ingreso en prisión".

A partir de ahora, el juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, será el encargado de supervisar el cumplimiento de esa condena y las sucesivas que se le puedan imponer. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) suspendió el pasado año otra condena firme de un año de cárcel a Otegi por injurias al Rey hasta que el Constitucional resuelva el recurso que presentó.

EL SUCESOR La confirmación de la condena implica que Otegi perderá durante siete años su derecho a ser elegido en unos comicios. Por ello, aunque fuera excarcelado, puede ver mermado su papel en la política de la izquierda aberzale. La incógnita que se abre ahora es quién ocupará su lugar. Otegi es uno de los dirigentes que ha apostado por una solución política al conflicto vasco. Pero su posición no ha sido apoyada por todos los miembros de la mesa nacional de Batasuna.