El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió ayer a dejar fuera de la agenda política el debate sobre los atentados de Madrid. "Las consecuencias políticas del 11-M no estarán ni en mi discurso electoral ni preelectoral", afirmó ayer el presidente en Santiago de Chile, donde se encuentra con motivo de la celebración de la cumbre iberoamericana. De esta manera, instó al Partido Popular a que cumpla con sus obligaciones democráticas y acate las decisiones judiciales.

´MIRAR AL FUTURO´ Como en su momento hicieron también los dos grandes partidos con respecto al pacto antiterrorista, Zapatero propuso dejar de utilizar el 11-M como arma política y "mirar al futuro". El jefe del Ejecutivo español deseó que lo único que quede en la memoria de ese día fatídico sea "el recuerdo y el afecto a las víctimas". "Que ya han sabido aguantar", afirmó en referencia a los agrios debates que han enturbiado el Congreso de los Diputados y han llenado portadas y portadas de diarios.

El presidente del Gobierno hizo estas declaraciones como respuesta a las declaraciones del expresidente José María Aznar durante su última irrupción en escena, reiterando en sus declaraciones que los autores intelectuales de la matanza de Madrid "no están ni en montañas lejanas ni en desiertos remotos", e insistiendo una vez más en la teoría de la conspiración con la banda terrorista ETA.

PETICION El jefe del Ejecutivo pidió que los partidos cumplan sus obligaciones democráticas, en concreto, con el acatamiento de las decisiones judiciales y "no introduzcan dudas carentes radicalmente de fundamento". Sobre todo cuando se trata de una sentencia de "gran trascendencia" para hacer posible la convivencia.